Haciendo Una DiferenciaMuestra

Una confianza diferente

Daniel, Azarías, Ananías y Misael eran jóvenes entregados a su fe en Dios y fieles a sus convicciones y no tenían miedo de poner en riesgo su reputación o imagen ni aún su seguridad con tal de ser obedientes y fieles a Dios. Ellos no tuvieron temor de poner a prueba su fe. Más grande era su fe en Dios que su temor a la muerte.

Sus principios no eran negociables. En el versículo 16 del capítulo 3, ellos le dicen al rey que no era necesario responder sobre ese asunto. La realidad es que sus principios y lo que habían aprendido estaba por encima de cualquier amenaza o intimidación. Como resultado de esto vemos claramente cómo en el verso 18 le ratifican al rey que no van a adorar la estatua, aunque tuvieran que morir en el horno de fuego. ¡Esto es algo impresionante! 

Dicha fe y determinación estaba fundamentada en una relación con el Dios en quien creían. Eran jóvenes que tenían comunicación con Dios. Daniel 2:17, 18 y Daniel 6 son pruebas de esa comunión con Dios. En el primer caso, Daniel le pide a sus amigos que oren por una solución al problema que se había planteado, y en el segundo caso, él prefiere ser devorado por leones antes de dejar de orar, o sea de hablar con el Padre celestial.

En el tiempo actual la confianza de la gente es dudosa e inconstante. Confiar en alguien se nos hace difícil ya que las desilusiones abundan y cedemos a nuestro instinto de preservación y bienestar. Sin embargo, para ser diferentes y hacer una diferencia, es importante tener una confianza diferente; una confianza en Dios que se asemeje a la de estos cuatro jóvenes.