Haciendo Una DiferenciaMuestra

Lo que hace la diferencia

En los capítulos 1 al 6 de Daniel encontramos la historia de un grupo de jóvenes hebreos que habían sido tomados cautivos por Nabucodonosor, rey de Babilonia. Estos jóvenes fueron seleccionados para estar en el palacio debido a las siguientes cualidades: Pertenecían al linaje real de los príncipes; no tenían tacha alguna; eran de buen parecer; fueron enseñados en toda sabiduría; eran sabios en ciencia; tenían buen entendimiento; y eran idóneos para estar en el palacio. En ese grupo de jóvenes se encontraban cuatro quienes aun teniendo las mismas condiciones y cualidades, eran diferentes: Daniel, Azarías, Ananías y Misael. 

Estos cuatro jóvenes poseían cualidades admirables pero aún más admirable era su fe y confianza en Dios la cual los hizo hacer la diferencia.

Daniel, Azarías, Ananías y Misael tenían clara su identidad. A pesar del esfuerzo efectuado por convertirlos en babilonios, ellos tenían muy claro quiénes eran y cuál era su origen. Por esa razón se propusieron no contaminarse. Ellos sabían quiénes eran con relación a Dios. Es por eso que en el capítulo 2, Daniel y sus compañeros recurren a la oración, para que Dios revelara la interpretación del sueño de Nabucodonosor. 

Pero para saber quiénes somos con relación a Dios, necesitamos conocer a Dios. Estos jóvenes conocían a Dios y tenían absoluta confianza en Él. Fue dicha confianza que los armó de valor para desafiar al rey y su horno de fuego y con toda certeza decirle que Dios los libraría de su mano y del horno.