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«Un nuevo día»

Antes de nuestro primer servicio, en la mañana siguiente, hablé con nuestro personal y el grupo de alabanza, sobre mi conversación con Dios. Respiré profundo y dije: «Prepárense para lo que Dios quiere hacer hoy. Voy a explicar que se trata de un nuevo día para nuestra congregación. Luego, detendremos la música y esperaremos para escuchar una palabra del Señor».

Las personas que se presentaron esa mañana tomaron asiento. Clayton Brooks, nuestro pastor de adoración, nos guió en el canto «Jesús, Jesús, Jesús. Hay algo en ese nombre». Sentí la presencia de Dios, y me dijo: «Ahora, hijo. Es el momento. Dile a las personas que es un nuevo día».

Le hice una señal a Clayton para que dejáramos de cantar, me dirigí a la parte delantera de la plataforma y anuncié: «Amigos, el Señor me ha dicho, que este es un nuevo día para nosotros como iglesia. Él quiere estar totalmente al control de nuestra adoración, y hoy lo invito a guiarnos. Ahora, quedémonos tranquilos ante el Señor y permitámosle hablarnos».

El silencio no parecía estar fuera de lugar en lo absoluto. Daba una sensación de anticipación, de asombro, de reverencia. Entonces alguien de la congregación comenzó a dar una palabra profética: «Yo soy el Señor, y soy Yo quién guía esto… no te abandonaré». Algunos de los no carismáticos, pudieron pensar que estábamos realizando una presentación dramática, pero no. Esta palabra era la seguridad por parte de Dios para mí, que podía confiar en que Él nos guiaría.

En ese momento sentí que el Señor me susurró: «Hijo, eres la autoridad en esta casa. Eres el pastor, así que debes liderar el camino. Da una expresión pública de lenguas en este momento, y puedes confiar en mí para la interpretación».

Después que hablé en lenguas con valentía, el Espíritu llevó a un hermano a interpretar. Dijo: « ¿Por qué buscan en todas partes lo que solo pueden encontrar en mí? Vengan a mí. Confíen en mí».

Le expliqué a la congregación que, de acuerdo a 1 Corintios 14:22, esta palabra es para los que buscan a Dios. Les dije: «El don de lenguas es una señal a ustedes los incrédulos, para que puedan saber que Dios está realmente en medio de nosotros. En esta palabra, los secretos de sus corazones están al descubierto para que puedan arrepentirse de sus pecados y entregar su vida a Cristo. Dios está usando los dones de lenguas e interpretación de lenguas como un llamado divino. Si siente que Dios lo está visitando esta mañana, respóndale con fe. Está llegando a usted y lo invita a venir a Él. Si quiere tomar su mano, venga aquí adelante».