Cuando el diablo llama a la puertaMuestra

El perdedor

El diablo, ¿es real? Estudios recientes reportan que sólo seis de cada diez estadounidenses están seguros, también que nueve de cada diez creen en Dios. Mucha gente cree que el bueno existe pero que el malo no. 

El diablo es un engañador, ataca tu mente con mentiras. Un destructor, ataca tu voluntad con orgullo. Un acusador, ataca tu corazón con acusaciones. Es mucho más débil que Dios, así que presenta su más eficiente batalla cuando no sabemos qué es lo que ocurre. Esencialmente, el diablo pelea como un perdedor.

Cuando alguien no tiene confianza, ¿qué es lo que hace? Trata que otros caigan junto con él. El diablo está peleando una batalla perdida en una guerra que Dios ya ha ganado. Por eso pelea como perdedor y ataca a los hijos de Dios encubiertamente. 

¿Cómo luchamos contra un enemigo perdedor y encubierto? No peleamos por la victoria. Peleamos con la victoria. No peleamos en la oscuridad. Peleamos en la luz.

Peleamos sabiendo que nuestro enemigo es real y poderoso. Nos damos cuenta de que la batalla no es contra otras personas, otro equipo o la cultura. No peleamos solos. Peleamos unidos contra un poder espiritual que nos quiere muertos para siempre. Peleamos para recibir humildemente el regalo de la salvación. Peleamos conscientes de las estrategias del enemigo y practicando nuestra estrategia: la Palabra de Dios. Ganamos con la confesión, cuando ponemos luz al lado de la oscuridad. Derrotamos a nuestro enemigo al rendirnos ante nuestro Dios. El famoso autor y teólogo, C.S. Lewis dijo; “No venimos a Dios como malas personas tratando de convertirnos en buenas personas; venimos como rebeldes que deben deponer sus armas”.

¿Qué necesitas rendir para aceptar la victoria de Dios? ¿Con quién necesitas confesarte?

Ora: Dios, me cansé de pelear mis batallas o pretender que no existen. Hoy me rindo a Ti. Gracias por ganar la guerra. Muéstrame cómo encontrar victoria en cada área de mi vida. Amén. 

Descubre qué necesitas para seguir ganando batallas.