Sentirse mejor: Devociones de Tiempo de Gracia Muestra

Mi Vida: Nadie me quiere ¿No es asombroso ver cuánto tiempo persisten los recuerdos del rechazo? Haber sido el último que fue elegido para integrar el equipo. . . no haber tenido a nadie con quien bailar en la fiesta de graduación . . . años de lucha para conseguir empleo . . . 40 años de edad y seguir soltera. Lo que es aun peor que no tener a alguien cercano es ser rechazado por la única persona con la que había pensado que podía contar. Si los recuerdos del rechazo dominan nuestros pensamientos, es porque estamos poniendo las relaciones humanas en el primer lugar. La manera de salir de esa oscuridad es dejar que Dios tome de nuevo el trono en nuestra vida. A veces Dios permite que seamos rechazados y maltratados por otras personas para que su amor brille en todo su esplendor. “Aunque mi padre y mi madre me dejen, con todo, Jehová me recogerá” (Salmo 27:10). Al leer las historias de los libros de Josué y Jueces, se tiene la sensación de que Dios va a hacer absolutamente cualquier cosa, hasta quebrantar las leyes mismas del universo que él creó, para hacer que la vida de su pueblo sea mejor. Si el fiel amor y las promesas de Dios son lo primero en que confiamos y dependemos, todo lo demás estará bien a su debido tiempo. Cuando uno sabe que puede depender por completo del amor que Dios le tiene, le puede hacer frente a cualquier cosa. “Él me esconderá en su Tabernáculo en el día del mal; me ocultará en lo reservado de su morada; sobre una roca me pondrá en alto” (Salmo 27:5).