La razón de mi esperanza de Billy GrahamMuestra

Jesús toma todo lo que soy

El pecado conlleva la pena de muerte, y nadie tiene la capacidad de salvarse del castigo del pecado, ni de limpiar su corazón de su inmundicia. Jesús dijo: "Todo el que peca es esclavo del pecado" (Juan 8:34). Esa es la mala noticia. Bien, aquí están las Buenas Nuevas: Dios ama al pecador, pero exige su arrepentimiento. Aún así, fue el amor de Dios por los pecadores el que envió a Jesús desde el cielo para limpiar lo que nos mantiene como rehenes de la culpa, la vergüenza y la desesperanza total. Él ha aplastado el poder del pecado a través de Su amor, que refleja Su compasión, misericordia y gracia divina. La Biblia dice:

¿Qué Dios hay como tú,

que perdone la maldad

y pase por alto el delito del remanente de su pueblo?

No estarás airado,

porque tu mayor placer es amar. . . .

Pon tu pie sobre nuestras maldades

y arroja al fondo del mar todos nuestros pecados.

(Miqueas 7:18-19)

La oferta de Dios es para todos los pecadores: "Los purificaré de todas las iniquidades que cometieron contra mí; les perdonaré todos los pecados" (Jeremías 33:8). La obra maestra de la desesperanza del pecado es opocada por la obra maestra del perdón y la misericordia de Dios.

El mayor problema de la humanidad es el pecado. La principal verdad de Dios es el maravilloso regalo de Su salvación. Y Jesucristo es la única solución para el pecado. "Si confesamos nuestros pecados, Dios, que es fiel y justo, nos los perdonará y nos limpiará de toda maldad" (1 Juan 1:9).