La razón de mi esperanza de Billy GrahamMuestra

Tan Amado

Desde el corazón de Dios hasta la cruz de Cristo, la redención se hizo visible. Dios no estaba dispuesto a dar la espalda a la raza humana. Su amor fue muy profundo, Su misericordia muy amplia. Él anhelaba recuperar, redimir, y llevarnos de nuevo hacia Él. “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Jn. 3:16 RVR1960).

Esto es lo que Dios hizo por nosostros. Dios tomó lo mejor del Cielo, el Señor Jesucristo, para redimir lo peor de la Tierra. El Hijo de Dios murió en una cruz, en un instrumento romano de tortura hecho para los delincuentes más viles.

Nosotros, como una raza, hemos sido atraídos al servicio de Satanás, pero nuestra falta de fe y rebeldía no han cancelado el amor de Dios por nosostros. En lugar de ello, Él ha hecho el camino para nuestro rescate a través de Su Hijo, Jesucristo. Él hizo el sacrificio y pagó un precio impensablemente mayor que nuestro verdadero valor. Somos redimidos, recuperados, y restaurados, no con dinero (plata y oro) sino con la preciosa sangre de Cristo...

La noche del primero de noviembre 1934, mi alma endurecida fue redimida. Yo cambié mi voluntad por el camino de Dios. Cambié mi corazón encallecido por un alma limpia.

Había buscado emociones. las encontré en Cristo.

Había buscado algo que pudiera traer gozo y felicidad perfectos. Lo encontré en Cristo.

Había buscado algo que me diera placer y que satisficiera el anhelo más profundo de mi corazón. Lo encontré en Cristo.