Aceptémonos Unos A OtrosMuestra

La acción de gracias significa también darse gracias unos a otros Nacemos, todos nosotros, con DDG, Desorden de Deficiencia de Gratitud. La noción de que todo lo bueno que hay en nuestra vida fue dado por un Dios misericordioso tiene que ser revelada; sin esa información de importancia crítica que nos da la Biblia, podríamos vivir en la ilusión de que hemos hecho todo nosotros mismos, o peor aún, que estábamos a merced de los dioses de la suerte. La disposición a darles las gracias a los demás es también un comportamiento aprendido. Vemos ingratitud en nuestros niños y nos esforzamos para enseñarles a expresar la gratitud; les hacemos escribir notas de agradecimiento a los abuelos por los regalos de cumpleaños. No debemos suponer que estamos totalmente curados; también los adultos podemos ser muy desagradecidos. Las cartas de San Pablo son obras maestras y modelos de terapia del DDG. Sus primeras palabras por lo general están llenas de alabanzas y gracias a Dios. Y los versículos finales suelen llevar sus sentidas palabras de gratitud a las personas cuyo sacrificio, trabajo y entusiasmo hacen posible la comunidad de fe: “Saluden a Prisca y Áquila, mis compañeros de trabajo en el servicio de Cristo Jesús. A ellos, que pusieron en peligro su propia vida por salvar la mía, no solo yo les doy las gracias, sino también todos los hermanos de las iglesias no judías” (Romanos 16:3,4). ¿A cuántas personas les ha dado gracias esta semana? ¿Hay en su iglesia una cultura de gratitud? ¿Se siente apreciado su cónyuge? ¿Las personas con las que trabaja escuchan siempre elogios de usted?