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No seremos sacudidos

Fue el primer espectáculo que presentamos este año a beneficio de aquellos que habían perdido familiares en los tiroteos de la escuela primaria Sandy Hook. Realmente dejó algunas cosas sueltas en mi corazón. Allí estaban 10.000 personas, y las familias de los niños asesinados también. La voluntad del Señor se hizo evidente a medida que avanzaba la noche.

¿Qué no era tan obvio al principio? ¿Qué se suponía que teníamos que decir? ¿Cuánto sería mucho y cuánto sería poco? Entre bastidores había una sensación de unión. Todos estábamos seguros de que Dios aparecería, pero nadie sabía exactamente cómo. Aún así: ¿Cómo responderían? ¿Qué debíamos hacer?

Sin embargo, es curiosa la forma en que Dios obra. Creemos que tenemos que tener las respuestas. Pero, ahí es donde nos equivocamos. No se trata de planificar el sermón perfecto, se trata de correrse del camino y permitir que Él se mueva. “Busca y encontrarás, toca la puerta y se abrirá”. Esta fue mi oración más grande que he hecho por un área no religiosa: “Señor, abre sus corazones. Que estén dispuestos a tocar la puerta esta noche ”.

Dicho esto, nunca dudes de tu capacidad para ser un recipiente que Dios usa incluso en los momentos más oscuros de la vida de otros. Solo recuerda que se nos dice: “Confía en el Señor de todo corazón, y no en tu propia inteligencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él allanará tus sendas" Proverbios 3:5‭-‬6 NVI.

Quizás no lo entiendas, pero puedes confiar.Tal vez, tengas miedo de sentarte y llorar con el corazón roto, pero puedes someterte a Su voluntad . No se trata de ti, tus respuestas o tus pensamientos. Los de Él son mucho más altos que los nuestros, así que, CONFÍA EN ÉL y sé lo que Él te ha llamado a ser: Sus manos y pies.

Nunca olvidaremos esa noche mientras vivamos, esperamos y oramos para que los efectos aún persistan. Por Newtown, CT nuestras oraciones continúan y aunque todavía no tenemos todas las respuestas, conocemos a Aquel que las tiene. Mantente firme en tu fe. Lucha por lo que es correcto y verdadero. Nunca te rindas. Nuestro Dios tendrá la victoria final. Nuestro grito de batalla es este:

Salmo 62:2 NVI

Solo él es mi roca y mi salvación; él es mi protector. ¡Jamás habré de caer! Él es mi fortaleza y NUNCA SERÉ SACUDIDO.

Escuche el álbum 'Nunca seremos sacudidos' en el servicio de música cristiana The Overflow http://oflow.it/00ne/G4Et0xZffw