Rendir cuentasEjemplo

Principios para una rendición de cuentas efectiva – parte III
Para que la rendición de cuentas sea efectiva necesita cumplir con algunos principios.
- La rendición de cuentas efectiva requiere relaciones cercanas
El hierro se afila con el hierro y el hombre en el trato con el hombre (Proverbios 27:17).
Para que la rendición de cuentas prospere y sea efectiva se requiere de cultivar una relación cercana, que propicie un ambiente psicológico de confianza, intimidad, cercanía, hermandad en el que las personas se sientan con apertura para compartir los asuntos de su vida.
Una relación de rendición de cuentas debe ser cercana. Ambas partes deben estar dispuestas a escuchar, a acompañar a aquel que está menos maduro en la fe, o a quienes pueden estar luchando con algún tipo de tentación o pecado en específico, o sufriendo algún tipo de descontrol emocional o de cualquier otra índole.
La rendición de cuentas significa estar activamente involucrado en la vida de otro cristiano con comunicación regular y afectuosa. Es más que el compromiso de reunirse regularmente y revisar una lista de preguntas. En muchos casos, “rendir cuentas” se ha convertido en el equivalente de reunirse con regularidad o sacar buena nota en un cuestionario.
Hay que tener cuidado de hacer de la rendición de cuentas un protocolo mecánico, en vez de un encuentro fraternal, íntegro y profundo. Podemos cumplir rigurosamente con las fechas, los periodos de tiempo, los temas y las partes de la programación de discusiones, pero no obtener los beneficios de una verdadera rendición de cuentas.
Más allá de protocolos adicionales, grupos de rendición de cuentas o ministerios de pureza, lo que nuestra iglesia necesita es recuperar la disciplina espiritual del “diálogo santo” (Joanna Jung, The Lost Discipline of Conversation).
El pastor puritano Robert Bolton (1572-1631) describió la rendición de cuentas como un diálogo santo en el que los cristianos comunes permitían “la comunicación libre y sin reservas de sus almas, el intercambio mutuo de sus corazones, las revelaciones fieles del estado espiritual de sus conciencias entre sí… en ardiente afecto santificado” (General Directions).
¿Rindes cuentas para cumplir con un protocolo, o porque realmente te preocupas por el crecimiento ético y espiritual propio y el de tus hermanos en la fe?
- La rendición de cuentas efectiva requiere honestidad personal
“Examinaos a vosotros mismos si estáis en la fe; probaos a vosotros mismos…” (2 Corintios 13:5).
La rendición de cuentas efectiva requiere transparencia y sinceridad, sin velos, fachadas, ni máscaras, para expresar abiertamente y con libertad los asuntos personales. Pero, eso no será posible, sin la propia reflexión, y sin un contexto de privacidad, donde se manejen como norma la discrecionalidad y confidencialidad de los asuntos tratados.
Las relaciones prosperan en la honestidad y la rendición de cuentas mutua.
Ser veraces y responsabilizarse mutuamente fortalece los lazos y fomenta la confianza.
¿Qué tan honesto y transparente eres cuando rindes cuentas?
Escrituras
Acerca de este Plan

El rendir cuentas es un acto y un proceso en el cual una persona se somete al escrutinio de otras personas o de sus autoridades, tomando la iniciativa de informar o presentar lo que ha ocurrido en su vida y ministerio, dando libertad a los otros a indagar, hacer preguntas y, en caso dado, permitir ser confrontado para ser corregido.
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Nos gustaría agradecer a Arnoldo Arana por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: vidaefectiva.com