La Oración De CuaresmaEjemplo

Los días terrenales de Jesús estaban en cuenta regresiva. Había una pesadez acerca de la llegada de la crucifixión, pero ninguno de los discípulos podía articular lo que estaban sintiendo. Cada palabra y acción de Jesús parecía inmensa con cada día que pasaba. Ciertamente, el hecho de que Jesús lavara los pies de los discípulos fue uno de esos momentos cruciales de enseñanza.

Era deber del siervo de la casa lavar los pies de los invitados a la cena, pero esa noche no había ningún sirviente. Jesús asumió silenciosamente el papel con humildad. Sabemos que Pedro se enfureció pero, por la revelación final, sabemos que quiso una limpieza total: «¡No solo los pies, sino también las manos y la cabeza!».

Hay otra frase que debe desarrollarse en este relato:

«Sabía Jesús que el Padre había puesto todas las cosas bajo su dominio, y que había salido de Dios y a él volvía…».

Jesús sabía quién era: el Hijo de Dios, Salvador del mundo. Sabía lo que tenía a su disposición, todo el poder de su Padre celestial. Sabía que su futuro estaba asegurado al lado de su Padre. Lo mismo puede decirse de cualquier discípulo de Jesús.

Si crees que el precio del discipulado es demasiado alto para ti, recuerda que eres un hijo de Dios, que su poder está dentro de ti para llevar a cabo su voluntad con tu vida, y tu gran recompensa será un lugar seguro a su lado en la eternidad.

Que la oración guiada por la respiración de esta semana basada en Filipenses 4:13 «Todo lo puedo en Cristo que me fortalece» te dé valor para enfrentar cada tarea que él te llama a hacer:

Inhala: Todo lo puedo

Exhala: En Cristo que me fortalece.