Las Tentaciones De JesúsEjemplo

Una vez más, el enemigo pretende que Jesús caiga en la trampa de cuestionar su identidad y luego le invita a demostrar su valía según cuantos seguidores, servidores o ejércitos tiene. Esta es la tentación de mostrar el poder por la posición y usarlo para que otros te sirvan en un propósito ajeno al corazón de Dios. Quizás es la tentación más usada por nuestros lideres: “Quiero tener el poder para demostrar de lo que soy capaz”, como si no pudieran servir donde están y con lo que tienen y desde allí ampliar su influencia.
Las redes sociales han modernizado esta tentación, es la oferta de ser visto, de ser alguien ante los ojos de los demás por medio del número de seguidores que están dispuestos a hacer la voluntad. El poder como herramienta para imponer nuestra voluntad en lugar de servir a una causa mayor, sentirnos espectaculares con lo que hacemos, pero las letras chiquitas del contrato dicen: Debes renunciar a ser significativos para las otras personas ya que escogiste ser tu el centro de gravedad.
Esta tentación nos lleva a impresionar a la audiencia, olvidando la importancia de usar el poder con pureza para servir a una causa trascendente. El enemigo nos tienta a demostrar nuestra capacidad de movilizar a otros a voluntad, siendo espectaculares al hacerlo. Nos lleva a concebir el poder como una herramienta para someter y alentar una posición de control. La humanidad caída, seducida por la idea de que valemos por el poder de influenciar a otros, puede caer en la zona oscura de demostrar su valor a través del daño que pueden hacer a otros.
Incluso los discípulos de Jesús cayeron en la trampa de "quién es más". Jesús estaba a punto de llegar a Jerusalén para morir en una cruz, y como ellos creían que se trataba de su coronación terrenal entonces se apresuraban a discutir sobre quien sería el más importante. En cierto sentido la respuesta de Jesús fue similar a la que le dio a su enemigo: Dios no va a cambiar sus planes ni su manera de hacer las cosas.
Cuando Jesús le dijo a enemigo: "Escrito está, no tientes a Dios". Le estaba diciendo que el renunciaba al atajo que le ofrecía el enemigo y al uso insulso del poder divino. El Dios de la redención no puede ser un dictador que quiebra sus leyes. Que el Espíritu Santo nos guíe para usar el poder o influencia que tenemos para el logro de propósitos que valgan la pena.
Escrituras
Acerca de este Plan

Explora tres tentaciones que Jesús superó, pero a las que la humanidad ha sucumbido. Descubriremos el camino de Jesús para enfrentar estos desafíos y aprenderemos a valorar los momentos en los que nuestro carácter es puesto a prueba. Únete a este viaje de introspección y crecimiento personal.
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Nos gustaría agradecer a Australis por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: australiszone.org
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