El Anhelo De Conocer a DiosEjemplo

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Hay personas que se conforman con lo que saben, lo que han aprendido a través de los años, así como por sus estudios y lecturas. Son aquellos que han subido peldaños en una escalera, pero se han sentido cómodos en alguno de los escalones y, consciente o inconscientemente, allí se han quedado asentados.

Lamentablemente, esto no ocurre sólo con aquellos que no conocen al Señor. Hay cristianos que andan en las mismas y son los mismos hoy que lo que fueron cuando se convirtieron. Tal vez, se inició un crecimiento al principio, pero luego se conformaron con lo que tenían en su bagaje y han seguido viviendo de la manera que se nos describe en el libro de Hebreos.

“Porque debiendo ser ya maestros, después de tanto tiempo, tenéis necesidad de que se os vuelva a enseñar cuáles son los primeros rudimentos de las palabras de Dios; y habéis llegado a ser tales que tenéis necesidad de leche, y no de alimento sólido" (Heb. 5:12).

Ver a un hijo que no crece, como debiera haber crecido para la edad que tiene, es preocupante. Esto es así, porque lo normal es que se dé un crecimiento paulatino que le lleve a tener una estatura que, más o menos, corresponda a su edad. Entonces me imagino a nuestro amado Padre celestial viendo cómo algunos de sus hijos están estancados y siguen dando vueltas en los rudimentosde la Palabra.

La frase, “debiendo ser ya maestros” nos revela que, a medida que vamos creciendo en el conocimiento del Señor, estamos al mismo tiempo siendo capacitados por el Espíritu Santo de Dios para compartir el conocimiento y las verdades que hemos recibido. Lo triste es que no estaba ocurriendo así con esos hermanos, y que ésta es una historia que se repite en la viña del Señor.

Cuando Pablo dio su consejo a los romanos acerca de la transformación del creyente, les dijo: “No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta" (Rom. 12:2).

Ese es el remedio para salir del estancamiento, no conformarnos. Cuando uno no se conforma con algo busca la manera de alcanzar más, de tener más, de lograr lo que se quiere. En el Señor, ese deseo va acompañado del amor que tenemos a nuestro Salvador y del agradecimiento hacia su acto de amor para con nosotros. Queremos conocerle más, saber más, ser enseñados por Él.

Pablo le decía a los efesios cuál era su oración por ellos, y creo que debemos orar nosotros para que también esa revelación maravillosa de las verdades de la Palabra, nos lleve cada día a ser transformados en Cristo. “Para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de él, alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos, y cuál la supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, según la operación del poder de su fuerza" (Ef. 1:17-19).