Logo de YouVersion
Ícono Búsqueda

¡Ven Y Come!Ejemplo

¡Ven Y Come!

DÍA 2 DE 3

Ya vimos, querido lector, que en el Antiguo Testamento la mesa real era un tipo y sombra, o un anticipo, de la mesa celestial provista por Dios para quienes le amamos. Aquellos asignados a esa mesa real en el Antiguo Testamento lo consideraban un gran honor y no pasaban por alto un solo banquete (Jn. 1:11-13).

La Biblia nos dejó registrada una escena que contiene una impactante revelación de Dios respecto a la ausencia en la mesa del Rey. Esta historia tiene que ver con el rey David. A David le fue asignado un asiento en la mesa real de Saúl, pero sentarse allí se convirtió en un gran riesgo para su vida debido a los celos de Saúl. Por ello, David acordó con Jonatán dejar su asiento para determinar si Saúl realmente intentaba matarlo. Jonatán le dijo: “...Tú serás echado de menos, porque tu asiento estará vacío” (1 Samuel 20:18). ¡Y, sin duda, fue echado de menos!

“El segundo día de la nueva luna, descubrió también que el asiento de David quedó vacío. Y Saúl dijo a Jonatán, su hijo: ¿Por qué no ha venido a comer el hijo de Isaí hoy ni ayer?” (v. 27).

Me pregunto: ¿Cuántos ven el significado espiritual de esto? Ciertamente, Saúl no era un tipo de Cristo, ni su mesa un tipo de la mesa del Señor. Sin embargo, la mesa de los reyes del Antiguo Testamento es un tipo, un anticipo, una imagen verdadera de la mesa celestial que el Señor ha preparado para nosotros. Pienso que Dios sí extraña sobremanera a sus hijos que no asisten a la mesa de comunión con Él. Así que: “¡Preséntate! Que nunca se diga de ti: '¡Tu asiento está vacío!'” (1 Corintios 5:8).

Si Saúl pudo decir de David: “¿Por qué no viene él a mi mesa? ¿Dónde está?”. ¿No puede el Señor decir lo mismo de nosotros? Nuestro Señor podría decir: “Te asigné un asiento en mi mesa real. Allí es donde mis siervos ven mi rostro, escuchan mi sabiduría y llegan a conocerme. Es donde comparto el pan de vida. ¡Lo cuál es un gran honor! ¿Por qué lo tomas a la ligera? ¿Por qué no tomas tu asiento? Corres de aquí para allá trabajando para mí, hablando de mí, pero ¿por qué no te sientas conmigo y aprendes de mí? ¿Dónde estás?

La verdad, hay veces pienso, que no estamos buscando sentarnos solo para recibir del Señor y aprender de Él. ¿Será que en oportunidades tambien pasamos por alto el honor de ser levantados para sentarnos con Cristo en lugares celestiales?. ¿Será que estamos tan ocupados haciendo muchas cosas para Dios que no tomamos el tiempo de sentarnos con Él a su mesa para escuchar sus directrices?

Salomón pensó que había edificado un templo eterno para Dios. Sin embargo, en menos de cincuenta años, ese templo ya estaba deteriorado; y en menos de 400 años, había desaparecido por completo. Muchas veces nos agotamos con tanto “hacer”, incluso en las cosas de Dios, pero no logramos tener una comunión profunda con el Señor, donde nos dejamos conocer completamente por Él. Nos desgastamos corriendo de un lado a otro, pero pocas veces nos sentamos a los pies del Maestro el tiempo necesario para que hable a nuestro corazón.

Pablo habla de tres años que pasó apartado en el desierto de Arabia. Aquellos fueron tres años gloriosos, sentados en los cielos a la mesa del Señor. Fue allí donde Cristo le enseñó todo lo que sabía; donde la sabiduría de Dios fue revelada en él. Para Pablo, ¡la conversión no fue suficiente! ¡Una visita sobrenatural no fue suficiente! ¡Ni siquiera una visión que lo cegó y la voz milagrosa de Cristo desde el cielo fueron suficientes! Él necesitaba profundizar más en Dios y, para ello, decidió sentarse a la mesa del Rey (1 Corintios 2:2).

Pablo salió de Arabia con un pensamiento en mente: “No quiero saber nada sino a Jesucristo, ya éste crucificado”.

Querido lector, si observa con atención, ¿cuál crees que es tu mayor compromiso al acercarte a la mesa de comunión con Cristo en Dios?

"La comunión íntima de Jehová es con los que le temen, Y a ellos hará conocer su pacto. A los íntimos Dios revela sus secretos." Siempre es un buen momento para buscarle, hazlo en la simplicidad del día a día, el té está esperando! (Salmo 25:14)

¡Medita en esto!

Día 1Día 3

Acerca de este Plan

¡Ven Y Come!

Algo que me cautiva sobremanera de la gracia es el concepto de generosidad que encierra en sí misma. Frases como: “Se ha dado por completo”, “riquezas de Su gracia”, “Sobreabundante gracia” y “De su abundancia, todos hemos recibido una bendición inmerecida tras otra". Jesús siempre dijo que tenía una mesa preparada donde los hijos de Dios son alimentados de forma gratuita y generosa. Invitó e invita constantemente a sus seguidores, su pueblo escogido, con estas palabras: “¡Ven y come!”.

More

Nos gustaría agradecer a Conociendo a Dios por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: myjourney.es.jesus.net