Fuerza como la del búfaloMuestra

INTRODUCCIÓN

Hace poco, me encontré con un video que decía lo siguiente: “En África, los agricultores utilizan búfalos para extraer el fruto de la palma africana”. Cuando se le preguntó a un experto por qué prefieren estos animales en lugar de maquinaria, respondió: “Los búfalos poseen una fuerza impresionante para halar grandes cantidades de fruta y no perjudican el suelo como lo haría un tractor. Pero lo más impresionante es que tienen ‘doble tracción”. Intrigado, alguien le preguntó qué significaba eso, y él explicó: “Cuando el terreno se vuelve fangoso o enfrentan una cuesta muy empinada, el búfalo se arrodilla y sube con sus rodillas. Esa es su doble tracción”.

Esta imagen poderosa nos recuerda lo que dice el Salmo 92:10:

“Pero tú aumentarás mis fuerzas como las del búfalo; seré ungido con aceite fresco”.

Al igual que el búfalo, enfrentamos momentos en la vida donde el camino se vuelve difícil y sentimos que no podemos avanzar más. Pero, como nos enseña este animal, hay una fuerza especial que se activa cuando nos arrodillamos: la fuerza de la oración. Este devocional de 6 días está diseñado para ayudarte a descubrir esa fuerza, renovarte en Dios y avanzar, sin importar cuán empinada sea la cuesta que estés enfrentando.

Prepárate para encontrar ánimo, dirección y la fuerza que solo provienen del Señor. ¡Dobla tus rodillas, confía en Él y permite que aumente tus fuerzas como las del búfalo!

RECONOCIENDO NUESTRA NECESIDAD DE FUERZA

Corrie ten Boom, una mujer cristiana que sobrevivió al Holocausto, relató cómo Dios le dio fuerza en medio de circunstancias imposibles. En el campo de concentración, rodeada de hambre, sufrimiento y muerte, se sentía demasiado débil para seguir adelante. Sin embargo, cada mañana oraba, pidiéndole a Dios fuerza para un solo día. “Dios nunca me dio fuerzas por adelantado, pero siempre me dio exactamente lo que necesitaba para el momento”, dijo. Esa dependencia diaria en Dios fue lo que la mantuvo viva y le permitió ayudar a otras prisioneras.

Es fácil confiar en nuestras propias fuerzas para enfrentar los retos diarios, pero tarde o temprano, sentimos el agotamiento físico, emocional y espiritual. Este versículo nos recuerda que nuestra fuerza no proviene de nosotros mismos, sino de Dios. Él nos renueva, nos fortalece y nos unge con su presencia para cumplir su propósito. Al igual que el búfalo es símbolo de poder y perseverancia, Dios quiere fortalecernos para enfrentar las cargas de la vida. Cuando sintamos que ya no podemos más, recordemos que Él tiene la fuente de energía inagotable que necesitamos.

Reto del día: Tómate 10 minutos para hacer una lista de las áreas en las que sientes que necesitas más fuerzas (emocional, física, espiritual, etc.). Luego, en oración, preséntalas a Dios y declara: “Señor, aumenta mis fuerzas como las del búfalo”.

Oración: “Señor, te necesito. Aumenta mis fuerzas y lléname de tu poder para enfrentar este día con valentía”.