Armadura De DiosEjemplo

ESCUDO DE LA FE

Imagina que estás en una conversación con alguien que constantemente te hace sentir insuficiente. Cada comentario, aunque sutil, es como un dardo que busca sembrar inseguridad en tu corazón. Ese sentimiento de inseguridad te puede motivar a tomar una de dos decisiones; puedes convertirte en esclavo de ese sentimiento y seguir permitiendo a esa persona a afectar tu seguridad o puedes cambiar por completo tu forma de operar y te alejas de las personas que provoquen en ti el mismo sentimiento. Esa capacidad de identificar sentimientos y reacciones en ti por las cosas a tu alrededor es el discernimiento. El discernimiento es la capacidad espiritual de distinguir entre lo que es verdadero y lo que es falso, lo correcto y lo incorrecto, o lo que proviene de Dios y lo que no. No todos tienen la capacidad innata de poder discernir, pero aquellos que reciben este don especial pueden identificar la voluntad de Dios y los engaños del enemigo, ayudándolos a tomar decisiones sabias y a vivir conforme a la verdad divina.

En Efesios 6:16, Pablo nos insta a tomar el escudo de la fe para apagar los dardos de fuego del maligno. El escudo nosólo es una herramienta de defensa, sino también un símbolo de discernimiento espiritual. La fe nos permite identificar los ataques del enemigo y enfrentarlos con confianza en Dios.

Regresemos a la ilustración inicial de esa conversación con una persona que constantemente te hace sentir insuficiente y que siempre inseguridad en tu corazón. Sin discernimiento, puedes absorber esas palabras y permitir que definan tu valor. Pero cuando levantas el escudo de la fe, recuerdas quién eres en Cristo: amado, elegido y valioso. Entonces, los dardos no te alcanzan porque tu identidad está firmemente anclada en la verdad de Dios y no en las opiniones humanas.

Tener discernimiento espiritual es un reglado divino que Dios nos permite tener para vivir una vida arraigada a su voluntad y poder. Él desea que le pidamos este don y con valentía levantemos el escudo de la fe que es lo que detiene la inseguridad y nos permite actuar en Su divina voluntad. Quiera Dios que podamos pedir discernimiento para reconocer los ataques del enemigo y la fortaleza para rechazarlos. Que nuestra confianza en Dios crezca y Su protección sea nuestro respaldo SIEMPRE.