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Comienza con la gracia

Si creciste en la iglesia, ¿qué recuerdas haber oído acerca de la donación financiera? ¿Comenzó con la gracia? ¿Fue Jesús la primera parte del mensaje del pastor o sacerdote? Lo siento si no lo fue. Tal vez creciste con la presión de “¡da, da, da!” pero nunca llegaste a disfrutar, “¡Él dio! ¡Él dio! ¡Él dio!”

El apóstol Pablo comenzó su explicación de la donación cristiana con estas palabras: “pues ustedes ya conocen la gracia de nuestro Señor Jesucristo que, por amor a ustedes, siendo rico se hizo pobre, para que con su pobreza ustedes fueran enriquecidos” (2 Corintios 8:9). Pablo no comenzó con dólares sino con la gracia. No se lanzó a lo que podemos dar a Dios sino a lo que Dios nos ha dado.

Aunque Jesús era rico, viviendo en grande entre las mansiones del cielo, sin embargo por amor a ti se hizo pobre. Jesús pasó 33 años acampando en la tierra. ¿Alguna vez acampaste? ¿La mejor noche de sueño que has tenido? Um no. Jesús tenía una comodidad infinita en el cielo, pero Él renunció a esa comodidad para estar contigo. ¿Por qué? Dios quería hacerte multimillonario con bendiciones, para darte tanto amor y perdón que nunca se te acabarán. No, tú y yo no lo merecíamos, pero Jesús lo hizo. Eso es gracia.

Habrá un momento para sacar tu presupuesto y orar por un corazón generoso. Pero eso puede esperar mientras hoy te tomas un tiempo para reflexionar sobre el corazón más generoso de todos, el que dio a su único Hijo para que pudieras ser salvo.