Pantallas y AlmasMuestra

Cara a cara con amigos

Imagínate tratando de tener una conversación con un amigo mientras estás rodeado de una multitud de personas que te tocan el hombro y te susurran pssst al oído. ¿Distraído? Ahora imagina que tu amigo está rodeado de una multitud similar. ¿Suena como una gran conversación?

Sin embargo, esto es precisamente lo que sucede cuando tratamos de hablar sin apagar nuestros teléfonos. Cualquier persona, aplicación o correo electrónico que suene, vibre o pite es una distracción para ambos. ¿Alguna vez has estado allí? ¿Alguna vez has visto a un grupo de niños en una cafetería con el suave brillo de la distracción en sus rostros? ¿O a un personal tratando de discutir un tema mientras la mitad de la sala está revisando mensajes de texto y respondiendo correos electrónicos? Sé que es la nueva normalidad, pero hay algo en nuestras pseudo-conversaciones que no está bien.

Hay un versículo curioso en 3 Juan que dice: “Yo tenía muchas otras cosas que escribirte, pero no quiero escribírtelas con tinta y pluma, pues espero verte pronto y hablaremos cara a cara” (1:13-14). La pluma y la tinta eran la última tecnología de la época de Juan. Pero Juan sabía que la verdadera alegría, la alegría completa, requería algo mejor. Necesitaba estar cara a cara con sus amigos. Le llevaría más tiempo visitarlos, pero ese tiempo produciría una alegría mayor. Cualquier cosa menos sería algo peor para él y para sus amigos.

¿Qué se necesitaría para hablar sin tecnología? ¿Para silenciar las interrupciones y conectarse verdaderamente cara a cara para que tu alegría pudiera ser completa? Considera tu respuesta y actúa hoy.