Salmo 33: Reconocimiento De La Grandeza Y Magnificencia De DiosMuestra

Dios ejerce gobierno soberano sobre el mundo y las naciones

"…anuncio lo por venir desde el principio, y desde la antigüedad lo que aún no era hecho; que digo: Mi consejo permanecerá, y haré todo lo que quiero" (Isaías 46:10).

"El Señor frustra (hace nulos) los planes de las naciones; él desbarata los propósitos de los pueblos. Pero los planes del Señor permanecen firmes para siempre, los propósitos de su corazón a través de todas las generaciones. Bendita es la nación cuyo Dios es el Señor, el pueblo que él eligió como su herencia" (Salmo 33:10-12, NVI).

• La grandeza y la magnificencia de Dios se evidencia en el control soberano que Él tiene sobre el mundo y las naciones

La soberanía de Dios es equivalente al señorío de Dios, lo cual implica que Él gobierna y ejerce control y autoridad según su voluntad le place. Al respecto dice AW Pink dice: "Dios siempre hace lo que quiere, cuando quiere, donde quiere, con quien quiere".

Dios gobierna soberanamente el mundo. Los gobiernos y naciones pueden hacer planes y establecer propósitos, pero Dios guía la historia según sus designios soberanos. Los planes y esquemas humanos están en última instancia sujetos a la voluntad soberana de Dios. Mientras que las naciones pueden orquestar y planear, son los propósitos de Dios los que prevalecen. No hay nada fuera del control de Dios: todo ocurre de acuerdo a su plan e intención. Dios es soberano, es supremo en rango, poder y autoridad. La soberanía de Dios, que es su reino absoluto, activo y continuo sobre los cielos y la tierra, siempre prevalece.

El salmista pasa de alabar a Dios por su carácter moral y su poder creativo, a alabarle por el control soberano sobre las naciones. Jehová hace nulo el consejo de las naciones. Dios actúa en forma activa guiando al hombre a lo largo de la historia de la humanidad. Dios se mueve entre las naciones gentiles como le place para cumplir su consejo y los pensamientos de su corazón (ver Isaías 14:24-27; 43:13).

Dios es totalmente soberano. Desbarata los planes de las naciones, pero nadie puede frustrar los suyos (Salmo 33:10-11): “Los planes del Señor permanecen firmes para siempre; los designios de su mente son eternos”.

Dios no simplemente crea cosas y las pone en movimiento, Dios ordena y dirige los asuntos humanos (Salmo 33: 10-11). Es Dios quien levanta a un gobernante y derriba a otro, quien quita y pone reyes. Dios no sólo creó el escenario del universo, sino que Dios prescribió toda la trama de lo que sucederá en la puesta en escena del universo; y es Dios quien está dirigiendo a todos los participantes que están en este escenario.

Podemos decir que los planes de Dios nunca están en peligro. Su sabiduría y poder infinito se imponen sobre todo poder maligno y toda acción humana. Él es poderoso y tiene autoridad hasta el punto de poder anular todos los demás poderes y autoridades, sean humanos o sobrenaturales.

El salmista declara que Dios reina soberanamente

No reina ningún hombre (rey, presidente de nación, etc.). No reina ningún organismo supranacional. No reina Satanás. No reinan las circunstancias. No reina la buena suerte. No hay límites establecidos en su jurisdicción. La Escritura dice que el Señor reina (Salmo 93:1; 99:1; 96:10; 97:1). Es decir, reina sobre todo el universo. Él reina sobre los poderes espirituales, sobre la naturaleza, sobre el hombre, sobre las circunstancias.

Y está gobernando activamente sobre su creación. Él no está simplemente sentado pasivamente en su trono desconectado del mundo, sino que está gobernando directamente sobre todo en este mundo.

Bendiciones para las naciones que reconocen a Dios como Señor

El salmista, además, enfatiza la bienaventuranza de la nación que reconoce a Dios como su Señor, reconociendo que tal nación es elegida y favorecida por Dios. Bendita es la nación cuyo Dios es el Señor, el pueblo que él eligió como su herencia. La nación que sincera y conscientemente se alinea con Dios y sus propósitos es bienaventurada.