Salmo 33: Reconocimiento De La Grandeza Y Magnificencia De DiosMuestra

La alabanza y adoración de Dios

Alegraos, oh justos, en Jehová; en los íntegros es hermosa la alabanza. Aclamad a Jehová con arpa; cantadle con salterio y decacordio. Cantadle cántico nuevo; hacedlo bien, tañendo con júbilo (Salmo 33:1-3).

• El reconocimiento de la grandeza y la magnificencia de Dios comienza con la alabanza y adoración a Él

Este salmo comienza con una afirmación de la grandeza de Dios, y un llamado a expresar ese reconocimiento en forma de adoración alegre.

El salmo 33 nos presenta a Dios como creador y sustentador de todo lo que existe y fue creado. También exalta a Dios como Señor soberano de la historia. Y ese ya es un motivo más que suficiente para alabarle. Y Dios no solamente es digno de alabanza por su poder creador y control soberano de las naciones (Salmo 33:8-10, 18-19), sino también por la excelencia moral de su carácter: Él ama justicia y juicio; de la misericordia de Jehová está llena la tierra (Salmo 33:5). Dios es digno de ser alabado tanto por su carácter moral como por su poder creativo.

La adoración fiel y reflexiva es, en parte, una adoración a Dios por su carácter y su poder.

El pueblo de Dios es llamado a alegrarse en Dios, y en nada ni nadie más. “Regocijarse en las comodidades temporales es peligroso, regocijarse en uno mismo es necio, regocijarse en el pecado es fatal, pero regocijarse en Dios es celestial” (Spurgeon). Nada ni nadie debe competir con Dios y robarle la alabanza que Él se merece.

Dios espera que le alabemos con alegría, con corazón agradecido, con actitud reverente, con excelencia. Él desea que los suyos se regocijen en Él, y que encuentren la mayor felicidad en aprender a alabarle todos los días.

La alabanza del justo

El llamado a la adoración es a los declarados justos, que andan en rectitud y justicia. Los justos son aquellos que viven conforme a la voluntad de Dios. Ahora, el justo verdaderamente es aquel que lo es por la fe en Jesús (Romanos 3:21-26: Romanos 5:1).

Dios considera hermosa la adoración de su pueblo: “…en los íntegros es hermosa la alabanza”. Y Él rechaza la alabanza del falto de integridad y rectitud. En muchas ocasiones Dios rechazó la adoración de su pueblo cuando éste andaba en pecado. Pero la alabanza que proviene de los íntegros es hermosa a Dios porque refleja un corazón sincero y recto ante Él. Aquellos, pues, que reflejan el mismo carácter de Dios, aunque de forma tenue, es la alabanza en la que Dios se complace. Esa alabanza es olor fragante delante de Dios.

Esta adoración a Dios es hermosa cuando se acompaña a través de la música y los instrumentos musicales. Aclamad a Jehová con arpa; cantadle con salterio y decacordio. Sin embargo, el instrumento más importante es el corazón. “La música, tanto vocal como instrumental, es de uso eminente para exponer las alabanzas de Dios; pero no hay instrumento como el alma racional, ni melodía como la de los afectos bien afinados” (Horne).

Dios, además, insta a su pueblo a alabarle con cántico nuevo. Un cántico nuevo significa que cada cántico de alabanza debe surgir de una nueva conciencia de la gracia de Dios. Un cántico nuevo sugiere una adoración fresca y renovada.