Recuerda Cuando Yo...Muestra

Escrito por Eden Ramírez, 20 años, de Corona, CA

Hace aproximadamente un año, estaba en mi segundo año de universidad, terminando el semestre de otoño, y estaba realmente luchando con mis calificaciones. Me sentía desanimado y no tenía idea de cómo decirles a mis padres que estaba reprobando. En lugar de ser honesto acerca de mis calificaciones, mentí porque tenía miedo de cómo reaccionarían. Unas semanas después, sentí este impulso de sincerarme y decirles la verdad. No quería, pero decidí que era algo que debía hacer. Cuando les conté a mis padres lo que estaba pasando, no respondieron con frustración como yo esperaba. Por el contrario, me mostraron amor e incluso oraron por mí. Pensé que tomaba la mejor decisión al ocultarles la verdad para evitar el castigo, pero, como se preocupan por mí, me ayudaron y me animaron.

De la misma manera, Dios no nos trata con dureza cuando cometemos errores. El amor de Dios es más grande que todos nuestros errores juntos. Dios siempre está listo para recibirnos, solo tenemos que ser honestos. No necesitamos cargar solos con ese peso sobre nuestra espalda.