Un mensaje diferenteMuestra

Piensa en cómo siempre cargas tu celular para que tenga batería. Sin carga, no importa lo nuevo o potente que sea el teléfono: simplemente no funciona. Así es nuestra vida espiritual sin el poder del Espíritu Santo. Él es quien nos llena, quien nos recarga y nos da la energía que necesitamos para cumplir la misión de ser testigos de Jesús. Jesús sabía que íbamos a necesitar esta “carga” especial, por eso prometió que recibiríamos el poder del Espíritu Santo. Con Él, no solo tenemos la valentía para hablar de Jesús, sino también la dirección y las palabras correctas para llegar a las personas. El Espíritu Santo es esa fuente de energía que nos impulsa a hacer cosas que jamás podríamos lograr solos.

Llamado a la acción Hoy, ora y pídele al Espíritu Santo que te llene de su poder para hablar de Jesús. Piensa en alguien cercano e invítalo a alguna actividad de la iglesia. ¡Que el Espíritu Santo sea tu fuente constante de energía y guía!