5 Días Meditando en EclesiastésMuestra

¡Todo tiene su tiempo!

"Todo tiene su tiempo señalado, y hay un tiempo para cada propósito bajo el cielo". (Eclesiastés 3:1).

Discernir la vida es infinitamente complejo. Toda actividad humana debe tener en cuenta el factor tiempo. Reconocer la cronología es un acto de sabiduría, y aquellos que lo hacen saben que hay una ocasión apropiada para cada acción bajo el cielo.

Hay una multitud que al unísono afirma que el día debe tener más de 24 horas, porque un día no es suficiente para hacer todo lo que hay que hacer. Contrariamente a la voz del pueblo, la Sagrada Escritura declara que todo tiene su tiempo señalado.

La gran verdad axiomática es que el tiempo no se detiene, y la forma en que lo enfrentamos determina nuestro éxito o fracaso. Respetar el tiempo es actuar con prudencia e inteligencia. Podemos decir que el tiempo no existe cuando no hay un propósito definido. Si hay propósito, hay prioridad. Si hay prioridad, hay tiempo.