El Experimento NobleMuestra

¿Recuerdas la primera vez que intentaste plantar algo? Quizá fue un proyecto de ciencia en la escuela o estabas ayudando a tus abuelos en su jardín. ¿Recuerdas lo emocionante que fue ver cómo daba frutos o florecía por primera vez? Esa emoción fue el resultado del tiempo y esfuerzo que invertiste: regando, deshierbando y, en ocasiones, podando para que la planta floreciera. Ahora, imagina que cortas una rama de la planta. No sobreviviría, y mucho menos sería capaz de producir algo. Jesús dice que nosotros somos como esas ramas. Si estamos desconectados de él, no podemos crecer ni producir buenos frutos, cosas como el amor, la paciencia y la bondad. Nuestra capacidad para actuar con integridad está directamente relacionada con nuestra conexión con Jesús. Así que, si estás luchando por actuar con integridad en tu vida, esa puede ser la primera pista: necesitas conectarte con quien nos ayuda a dar ese fruto.

¡Esta semana, tómate un tiempo para reconectar con Jesús, orando, escribiendo en tu diario, asistiendo al grupo pequeño o continuando con este plan de lectura!