Salmo 51: Un Modelo De Oración Para Manifestar El ArrepentimientoMuestra

Petición de limpieza y renovación

David al ser confrontado con su pecado, sintió dolor, se arrepintió, y pidió perdón a Dios. Pero, además, clamó por purificación y renovación. David pide un nuevo corazón.

Un nuevo corazón

“Lávame más y más de mi maldad (lávame a fondo), y límpiame de mi pecado..., purifícame con hisopo, y seré limpio; lávame, y seré más blanco que la nieve…crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí”.

David buscó a Dios para que hiciera una obra de purificación espiritual y moral, y para hacerlo en conexión con el sacrificio expiatorio de un sustituto. El hisopo era utilizado para aplicar la sangre del cordero de la pascua (Éxodo 12:22). David reconocía que sólo Dios podía limpiarlo de su pecado. David no pensó ni por un momento que él podía limpiarse a sí mismo. No había nada que él pudiera hacer para limpiar su pecado: buenas obras, rituales religiosos, adopción de valores, educación, o cosas por el estilo. Él necesitaba que Dios le limpiara, y que lo hiciera a través de la sangre del sacrificio perfecto el cual fue anticipado por los sacrificios de animales.

Hacer lo correcto es bueno en muchos sentidos, pero eso no cambia lo que está dentro de nuestros corazones. Jesús nos dice que el pecado comienza en el corazón (Mateo 15:18-19). Si no abordamos nuestro pecado desde el núcleo, crecerá descontroladamente hasta que permee todo nuestro ser, afectando nuestra vida y nuestra relación con Dios. Y la única manera de tratar con el pecado, es generar arrepentimiento y acudir al único que puede perdonar nuestros pecados y limpiarnos, que es Dios.

Podemos seguir el ejemplo de David y presentarnos al Señor con arrepentimiento y confesión sincera, sin temor, con fe en la fidelidad y la misericordia de Dios, pues Él es bueno para extendernos misericordia y perdón tal como lo hizo con David (1 Juan 1:8-9).

“Purifícame está basado en la palabra para el pecado (chattath), y literalmente significa quita el pecado de mí. David quería que su pecado fuera completamente purificado” (Boice). David clama porque Dios borre sus pecados. Él necesitaba quitar esa mancha de su vida.

El acto creativo de limpieza de Dios

Por otra parte, David ora porque Dios lo renueve: crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí”. La palabra crear es la misma que se usó en la creación de Génesis 1, para una creación a partir de la nada. Este acto creador, de crear algo de la nada, solo lo puede hacer Dios.

Para este acto creativo, no había nada en el corazón de David que Dios pudiera usar. No era una simple remodelación o cambio cosmético. David no estaba pidiendo una renovación o una reforma. Estaba pidiendo algo nuevo: una nueva creación. Y lo que David está pidiendo aquí es un trasplante de corazón. Y eso de crear quiere decir, crear de la nada; en otras palabras, quiere decir, que no hay nada en nosotros que Dios pueda utilizar. Dios no quiere nuestro corazón impuro porque Él quiere darnos un nuevo corazón. “Con la palabra crear, él pide nada menos que un milagro. Es un término de lo cual Dios solamente puede realizar” (Kidner).

David, pues, sintió que no era suficiente que Dios simplemente le limpiara el corazón que tenía. El ruego de crear en él un corazón limpio, indicaba que él necesitaba un nuevo corazón de parte de Dios. Con esto David anticipó una de las grandes promesas para todos aquellos que creen bajo el Nuevo Pacto:” Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne” (Ezequiel 36:26).