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Pecado: Pecado original

Leer: Romanos 5:12-21

EOAO: Romanos 5:12; Romanos 5:17

“Por tanto, del mismo modo en que el pecado entró en el mundo por un hombre y por el pecado la muerte,* así la muerte pasó a toda la humanidad, por cuanto todos pecaron" (Romanos 5:12).

“Pues, si por un delito reinó la muerte, por causa de uno, mucho más reinarán por medio de uno, Jesucristo, los que reciben la abundancia” (Romanos 5:17).

En el texto

La doctrina del pecado original explica que el pecado y la muerte en los humanos se originaron a partir de la transgresión de Adán. Romanos 5:12 nos lleva de regreso al principio, a la desobediencia de Adán y Eva en el Jardín del Edén. Su desobediencia trajo el pecado y la muerte al mundo. Como resultado, todos hemos heredado una naturaleza pecaminosa. Desde el comienzo mismo de nuestras vidas, tenemos una tendencia hacia el pecado, queremos hacer lo que nos plazca en lugar de vivir para nuestro Creador y obedecerlo.

Afortunadamente, la historia no termina allí. Si bien el pecado de Adán trajo la muerte, Romanos 5:17 ofrece un mensaje de esperanza. Nos recuerda que, aunque el pecado entró al mundo a través de Adán, la gracia y la vida han llegado a través de Jesucristo.

En nuestra vida diaria, es fácil sentirse abrumado por nuestras imperfecciones y errores. Seguimos luchando con los mismos viejos patrones pecaminosos. Pero esa es la belleza de la gracia de Dios: no es algo que nos podamos ganar. Jesús, aquel que no tiene pecado, tomó nuestro pecado y nos dio su justicia. Cuando confiamos en Él, nuestra vieja naturaleza pecaminosa muere (Romanos 6:6). Somos hechos nuevos y se nos da un corazón nuevo (Ezequiel 36:26). Este no es solo un concepto teológico, sino una realidad personal.

¡Imagínate la libertad que esto trae! La maldición del pecado ya no nos domina. En cambio, se nos ha dado una nueva naturaleza, una que quiere hacer la voluntad de Dios. En nuestra batalla diaria contra el pecado, debemos recordar que Jesús nos perdonará y nos dará poder para hacer lo correcto. Solo tenemos que pedírselo.

Oración

Querido Jesús, gracias por pagar la pena por mis pecados. Ayúdame a comprender la profundidad de tu gracia y a confiar plenamente en tu justicia, que me da poder. Gracias por librarme de la maldición del pecado y hacerme justa ante tus ojos. En tu nombre, amén.