Fidelidad: Leyendo Con El Pueblo De DiosEjemplo

Desafío de Memorización:

13 He aquí el rey que habéis elegido, por el cual habéis pedido; he aquí, que el Señor ha puesto un rey sobre vosotros. 14 Si teméis al Señor, le servís y obedecéis su voz, y no os rebeláis contra el mandamiento del Señor, y si tanto vosotros como el rey que reina sobre vosotros seguís al Señor vuestro Dios, os irá bien. 15 Pero si no obedeciereis la voz del Señor, y os rebelareis contra el mandamiento del Señor, entonces la mano del Señor será contra vosotros y contra vuestro rey - 1 Samuel 12:13-15 (RVR1960).

Introducción:

Las lecturas de hoy resaltan la fidelidad de Dios frente al fracaso humano. Samuel recuerda a Israel el amor constante de Dios a pesar de su desviación, mientras que Jesús demuestra gracia y verdad en Su respuesta a la mujer sorprendida en adulterio. Estos pasajes nos muestran que la fidelidad de Dios abarca tanto Su misericordia como Su llamado a la justicia.

Pregunta para reflexionar: ¿Cómo te inspira la fidelidad de Dios a vivir tanto en arrepentimiento como en gracia?

Refuerzo teológico:

En 1 Samuel 12, el pueblo de Israel, a pesar de haber pedido un rey humano y rechazar la soberanía de Dios, es confrontado con la realidad de su pecado. Samuel les recuerda que, aunque su acción de elegir un rey es un rechazo implícito a Dios como su rey, Dios sigue siendo fiel a Su pacto. A través de este momento, Dios no solo muestra Su justicia al señalar la rebelión de Israel, sino también Su misericordia al seguir guiándolos y llamándolos al arrepentimiento. La fidelidad de Dios no se limita a una gracia sin límites que ignora el pecado, sino que también incluye Su llamado a la justicia y la santidad, invitando al pueblo a volver a Él.

En Juan 8:1-11, Jesús enfrenta la mujer sorprendida en adulterio y, mientras los acusadores quieren apedrearla, Jesús responde con gracia, mostrando que no hay condena para los que se acercan a Él en arrepentimiento. Sin embargo, Él también llama a la mujer a "no pecar más", mostrando que la gracia de Dios no es un permiso para seguir en el pecado, sino una invitación a vivir una vida transformada por Su perdón. Jesús ejemplifica cómo la fidelidad de Dios involucra tanto la misericordia como el llamado a la justicia.

La fidelidad de Dios, entonces, se muestra en Su capacidad para mantener Su amor inquebrantable hacia nosotros, a pesar de nuestras fallas, y en Su llamado a la santidad, que nos invita a arrepentirnos y vivir en la justicia que Él ha provisto en Cristo. 1 Juan 1:9 nos dice que "si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad". La fidelidad de Dios se expresa tanto en Su misericordia como en Su llamado a vivir una vida conforme a Su voluntad.