Fidelidad: Leyendo Con El Pueblo De DiosEjemplo

Desafío de Memorización:

13 He aquí el rey que habéis elegido, por el cual habéis pedido; he aquí, que el Señor ha puesto un rey sobre vosotros. 14 Si teméis al Señor, le servís y obedecéis su voz, y no os rebeláis contra el mandamiento del Señor, y si tanto vosotros como el rey que reina sobre vosotros seguís al Señor vuestro Dios, os irá bien. 15 Pero si no obedeciereis la voz del Señor, y os rebelareis contra el mandamiento del Señor, entonces la mano del Señor será contra vosotros y contra vuestro rey - 1 Samuel 12:13-15.

Introducción:

En las lecturas de hoy, vemos la fidelidad de Dios al equipar y capacitar a Su pueblo. Saúl lidera a Israel hacia la victoria, mostrando la mano de Dios obrando a través de él. Mientras tanto, Jesús promete agua viva a quienes creen en Él, un recordatorio de la presencia capacitadora del Espíritu Santo. Estas historias nos animan a confiar en la fidelidad de Dios para equiparnos para las tareas que Él nos llama a hacer.

Pregunta para reflexionar: ¿Cómo puedes depender del Espíritu Santo para capacitar tu fidelidad en el trabajo que Dios te ha dado?

Refuerzo teológico:

En 1 Samuel 12, después de que el pueblo de Israel pidió un rey, Dios, a pesar de su rechazo, sigue siendo fiel a Su promesa. Él les da a Saúl como rey, y a través de él, Dios muestra Su poder y fidelidad. Aunque Saúl fue escogido por el pueblo, es Dios quien lo capacita para la tarea de guiar a Israel. La victoria que Saúl logra en el nombre de Dios es una clara señal de que es Dios quien está operando a través de él, y esto nos recuerda que la fidelidad de Dios no solo nos llama a servir, sino que también nos capacita para hacerlo.

En el Evangelio de Juan 7:37-39, Jesús ofrece "agua viva" a todos los que creen en Él, una referencia al Espíritu Santo que vendría a morar en los creyentes. Esta agua viva no solo satisface las necesidades más profundas del alma, sino que también capacita a los creyentes para vivir fielmente conforme al llamado de Dios. Jesús está ofreciendo al Espíritu Santo como la fuente de poder y renovación que sostendrá a los cristianos en su obediencia y servicio.

Ambos pasajes nos enseñan que la fidelidad de Dios no se trata solo de un llamado inicial, sino de Su gracia continua para capacitarnos y equiparnos. En Hechos 1:8, Jesús promete que el Espíritu Santo dará poder a los discípulos para ser Sus testigos en todo el mundo. Este poder no proviene de nosotros mismos, sino del Espíritu que nos capacita para cumplir la misión que Dios nos ha dado. La fidelidad de Dios se manifiesta no solo en llamarnos a servir, sino en darnos el poder para ser fieles en nuestra obediencia.