Mateo, El Evangelio Del ReyMuestra

Las parábolas del Rey

En Palestina, la siembra se hacía a mano, esparciendo las semillas en diferentes direcciones. Jesús utiliza esta imagen, familiar para todos sus oyentes, para explicar por qué algunos creen en Él y otros no. El elemento clave aquí es el estado del suelo, que representa el estado del corazón del oyente. La semilla, que simboliza la Palabra de Dios sobre el Reino de los Cielos, y el sembrador, que representa a Jesús como el Hijo del Hombre, están en perfecto estado y alineados con la voluntad de Dios.

Jesús describe cuatro tipos de suelo. Las semillas que caen junto al camino son devoradas por los pájaros, que representan al diablo. El suelo rocoso tiene solo una fina capa de tierra fértil; cuando las semillas germinan, no encuentran suficiente profundidad para echar raíces y mueren bajo el abrasador sol. Así sucede con aquellos que responden desde la emoción, pero cuando la vida se pone difícil, abandonan la fe. El tercer tipo de suelo está lleno de espinos que ahogan a la planta, impidiendo su crecimiento y evitando una cosecha debido a las preocupaciones de esta vida.

Sin embargo, hay buena tierra, donde la semilla cae y crece con fuerza. Se refiere a quienes tienen un corazón sencillo. La producción es abundante y, aunque el esfuerzo es considerable, también lo es la satisfacción del sembrador al ver que hay personas con fe y que muestran fruto en su carácter y obediencia.

Leamos Mateo 13:1-23 y reflexionemos con estas preguntas:

1. ¿Qué tipo de tierra consideras que eres? ¿Por qué?

2. Si el sembrador no se desanimó al ver que mucha tierra era improductiva, ¿qué te enseña este aspecto?

3. ¿Cuál es el significado de la semilla que dio abundante cosecha?

4. ¿Qué te sugiere el hecho de que Jesús interpreta la parábola a los discípulos a solas?