Mateo, El Evangelio Del ReyMuestra

La preparación del Rey

El relato comienza con el bautismo de Jesús, un momento clave que marcaría un antes y un después en su ministerio en la tierra. Inmediatamente después, el Espíritu Santo lo lleva al desierto, donde es tentado por el enemigo. El bautismo de Jesús parece desencadenar una serie de eventos, cada uno más desafiante que el anterior: cuarenta dias de soledad en el desierto, hambre y sed, y finalmente, en su momento de mayor vulnerabilidad, un encuentro cara a cara con el diablo.

Alguna vez, ¿te detuviste a pensar en lo primero que el diablo intenta hacer cuando habla con Jesús? Su primer objetivo es negar las mismas palabras que el Padre le había dado en el Jordán. Jesús acababa de escuchar: "Tú eres mi Hijo amado", y el diablo lo desafía con un "si eres el Hijo de Dios", intentando sembrar dudas sobre lo que Dios ya había declarado. Jesús pasa de vivir un momento íntimo con su Padre a enfrentar duras pruebas en el ámbito terrenal y luego en el espiritual. Es tentado con las piedras a dudar de la provisión de Dios y a "forjar" su propio camino. Es tentando a probar a su propio Padre, buscando una señal que lo acredite como el Mesías. Y, por último, es tentado a evitar el sufrimiento y la vergüenza, y a dejar de lado el plan de Dios.

Uno podría desear tener más tiempo para asimilar una experiencia tan increíble como el bautismo y no pasar tan bruscamente a una temporada en el desierto y tentación. Pero la realidad es que Dios está más interesado en nuestro crecimiento espiritual que en nuestra comodidad. Jesús entra al desierto, quizás aún con las ropas mojadas por las aguas del Jordán, y después de cuarenta días sale de ese lugar, dejando el desierto atrás. Pero no salió como entró: salió victorioso, fortalecido y "en el poder del Espíritu Santo". Muchas veces, las mismas cosas que oramos por evitar, como el sufrimiento, el dolor, el desierto y las pruebas, son las que Dios usa para desarrollar aquellas cualidades o virtudes por las que sí oramos: fe, carácter, vida abundante y una intimidad profunda con Él.

Leamos Mateo 3:13 a 4:11 y respondamos las siguientes preguntas:

1. ¿Por qué crees que el bautismo fue tan significativo para Jesús?

2. ¿Puedes recordar un momento clave en tu vida cristiana que haya marcado un antes y un después?

3. La Biblia declara que somos hijos amados, aceptados, y una creación admirable, entre tantas otras verdades. ¿De qué forma intenta el enemigo negar o poner en duda las verdades que Dios declara sobre nuestras vidas?

4. ¿Alguna vez has sido tentato a dudar de la provisión o del amor de Dios en tu vida? ¿Qué aprendiste de esa experiencia?

5. Compara 2 Corintios 4:17-18 con lo que acabamos de leer. Los sufrimientos de este lado del cielo generan, para todos los que estamos en Cristo, una gloria mayor. ¿Cómo ayudó a Jesús su experiencia en el desierto para enfrentar lo que vendría después? A ti, ¿cómo puede ayudarte esta verdad?