El Dios Que Nos SalvaMuestra

Noche de paz

Al acercarse la Navidad se renuevan las esperanzas y los buenos deseos. Los encuentros familiares, los saludos y llamadas nos sensibilizan y crean un ambiente de paz. Y aunque esta sensación sea evidente y nos emocionemos al brindar y compartir juntos la noche buena, la verdadera paz solamente proviene de Cristo.

Las palabras de Jesús registradas en Juan 14:27 expresan lo siguiente: “Les dejo la paz. Es mi propia paz la que les doy”. El nacimiento de Jesús fue absolutamente necesario para traer paz a la vida de las personas. Cristo nos reconcilió con Dios y eso nos permite también vivir en paz con nuestro prójimo.

La palabra paz, como la palabra amor, son muy bellas y las usamos mucho, pero se quedan vacías si no las vivimos. El coro de ángeles adorando a Dios y proclamando en su alabanza las palabras: “¡Alaben a Dios en los cielos! ¡Que haya paz en la tierra para la gente que agrada a Dios!”, son una invitación para vivir en paz y compartirla con los demás.

En Mateo 5:9 vemos un desafío aún mayor: no solamente vivir en paz, sino ser generadores de paz. Dios bendice a los que procuran la paz, porque serán llamados hijos de Dios. Oremos para que cada vez más personas hallen paz en sus vidas viviendo la gracia de nuestro Salvador.