Lectura Con El Pueblo De Dios 8: La PazEjemplo
Apocalipsis 2:10
"No temas lo que vas a padecer. He aquí, el diablo está por meter a algunos de vosotros en la cárcel, para que seáis probados, y tendréis tribulación por diez días. Sé fiel hasta la muerte, y te daré la corona de la vida" (Apocalipsis 2:10 RVR1960).
En su novela autobiográfica Everything Sad is Untrue, el autor Daniel Nayeri cuenta la historia de la persecución que enfrentó su madre cuando se convirtió al cristianismo desde el islam. Un día, ella colgó un collar con una cruz en la parte trasera de su coche, y le dijeron que si no lo quitaba, la matarían. Como respuesta, ella colgó una cruz aún más grande, que cubría casi toda la ventana delantera.
Las respuestas cristianas a la persecución varían mucho. Muchas veces interpretamos el sufrimiento como una señal de que algo está mal. Sin embargo, cuando miramos los Evangelios, Jesús fue muy claro al decir que el sufrimiento, cargar la cruz y la persecución serían normales para los creyentes (véase Juan 16:33, Mateo 16:24-25). En otras palabras, no debería sorprendernos.
La iglesia en Esmirna estaba sufriendo. Enfrentaban tribulación, pobreza, calumnias y los ataques directos del diablo. Algunos serían encarcelados y liberados solo a través del martirio. El miedo ante un peligro así es una reacción humana natural, aunque en realidad revela una desconfianza fundamental en Dios. Sin embargo, en lugar de reprenderlos por sus corazones temerosos, Juan les escribe para animarlos: "No temas lo que vas a padecer... Sé fiel hasta la muerte, y te daré la corona de la vida." La corona mencionada aquí es una especie de guirnalda o corona que se le daba a los atletas que ganaban una carrera. Por medio de la fe (creer, no lograrlo), los cristianos reciben esta corona, lo que significa que la muerte ha perdido su aguijón. Como dice Juan en el siguiente versículo: "El que venciere no recibirá daño de la segunda muerte" (Apocalipsis 2:11).
Esta corona de victoria solo es posible gracias a la corona de otro: la corona de espinas que usó Jesús, el niño de Belén, cuando se sentó en su trono de madera, la cruz. Fue precisamente a través del sufrimiento y la persecución, no a pesar de ellos, que Él ganó la victoria.
Este rey en el pesebre no escapó de una profunda herida (Isaías 53:5), ni los que están más cerca de Él (Lucas 2:35). Sin embargo, podemos tomar aliento. En lugar de eliminar nuestro sufrimiento presente, Jesús hace algo aún mejor: Lo redime. Ya no es solo una causa de angustia y desesperación, sino una herramienta divina usada para forjarnos a la imagen de nuestro Salvador, quien promete que la vida, no la muerte, tiene la última palabra.
Jesús, gracias por tomar las heridas que eran para mí. Enseñame a enfrentar el sufrimiento con valentía, sabiendo que lo redimirás todo. Amén.
Escrituras
Acerca de este Plan
El miedo afecta nuestras vidas de muchas maneras, pero el Adviento nos llama a esperar una realidad llena de paz, no de temor. Jesús vino a nuestro mundo para consolarnos, vencer el miedo y ofrecernos paz duradera. ¡Que Su mensaje de paz llene tu corazón en este tiempo de Adviento! Este mes, el plan de lectura incluye pasajes de los Salmos, el Antiguo y Nuevo Testamento, con devocionales sobre la paz en colaboración con 1517.org.
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Nos gustaría agradecer a Cornerstone Community Church por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://www.1517.org