Aplicación mediante la fe

A veces puede resultar difícil aplicar tu identidad, tu propósito y tu dirección en la vida. La vida está llena de sorpresas y desafíos que simplemente dificultan seguir el plan de Dios. Las presiones externas, los problemas inesperados y el crecimiento personal también pueden poner obstáculos. Es importante saber que el camino no siempre será fácil y que pueden surgir contratiempos. Sin embargo, hacer frente a estos retos sirve para desarrollar la resiliencia y el carácter. Aunque sea difícil, cada paso que das acorde con tu identidad y tu propósito te ayuda a crecer y a sentirte realizado. Seguro que las dificultades son una parte normal del proceso, pero anímate: Jesús ya ha vencido al mundo, y nos ha dado la victoria sobre cualquier cosa que se nos presente. Gracias al Evangelio de Jesús, puedes saber realmente lo que es vivir en una relación con Dios, si decides tener fe cada día.

En el libro de Esdras, vemos cómo la fe no sólo llevó al pueblo a completar el templo, sino que la fe también les empoderó para experimentar una auténtica transformación a través del proceso de reconstrucción de ese templo.

Con frecuencia solemos preguntar a Dios una y otra vez: "¿Qué quieres que haga? ¿Qué camino debo seguir?''. Por supuesto, necesitamos buscar la sabiduría de Dios, pero ¿y si le estamos haciendo a Dios las preguntas equivocadas? Si Dios nos diera todas las respuestas, no habría necesidad de confiar en Él. En Génesis 3 hay un argumento de peso para afirmar que la humanidad es la que más lucha contra la duda y el miedo: si pudiéramos ser nuestro propio dios, entonces podríamos hacer todo lo que necesitamos, sin esperar ni preguntarnos ni divagar.

La fe consiste en dar un paso sin ver todos los que tenemos por delante, creyendo que Dios estará con nosotros mientras recorremos el camino, confiando en que Él nos dará la sabiduría y el poder que necesitamos para hacer el recorrido. Esto significa que hay que entregar esa lista de tareas pendientes que tienes que hacer o el ascenso laboral que esperabas tras años de servicio dedicado en la misma organización. Rendirse es aprender a aceptar lo desconocido. La fe es creer que Dios lo sabe todo y tú no tienes por qué saberlo. Caminar con Dios es la mejor atracción del parque temático de la vida: todo es cuestión de estar dispuesto a recibir Su guía y establecer una relación profunda e íntima con Él.

La aplicación es fe en acción, y la fe exige que cedamos el control y confiemos en que los planes de Dios son mayores que los nuestros. Cuando confiamos en Dios tanto con el corazón como con la mente, estamos preparados para actuar. Actuamos por fe y desde la fe, lo que, en última instancia, frena nuestro intento de hacer las cosas con nuestras propias fuerzas. La fe no se basa únicamente en decir "creo", sino también en aplicar esa creencia en Dios permitiendo que Él guíe cualquier acción que emprendamos.

1. Piensa en un aspecto de tu vida en el que te cueste ceder el control. ¿Cómo puedes entregar prácticamente este aspecto a Dios, confiando en Sus planes? ¿Qué pasos concretos puedes dar para demostrar con acciones que estás rindiéndote?
2. ¿En qué aspectos de tu vida puedes aplicar activamente tu fe, confiando en la soberanía de Dios y buscando Su guía? ¿Cómo podrían reflejar tus acciones una auténtica confianza en Su poder, en vez de confiar únicamente en tus propias capacidades?
3. Analiza tu participación en los distintos entornos, ya sea la familia, el trabajo o los círculos sociales. ¿Cómo puedes contribuir al crecimiento general y al bienestar espiritual de esos entornos? ¿Hay acciones o iniciativas concretas que puedas emprender para construir un espíritu de unidad y fe?
4. Identifica un reto u obstáculo actual en tu vida. Piensa en cómo la fe puede ser una fuente de fortaleza y resistencia para superar este reto. ¿Qué pasos prácticos puedes dar para sortear las dificultades confiando en la fe en Dios y en el apoyo de tus allegados?