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Transformando La Visión De Tu Familia en Una Realidad

DÍA 1 DE 4

¿Qué es la aplicación?

La aplicación responde a la pregunta “¿Cómo llego ahí?”

¿La mejor comida en un frío día de invierno? Sin lugar a dudas, un guiso picante de carne. No estamos hablando de opiniones, sino de hechos. Ahora bien, cada uno tiene su propia versión del chili, pero en el fondo es una mezcla mágica de carne molida, frijoles, tomates y una mezcla secreta de especias.

Así que imagina la identidad, el propósito y la dirección de tu familia como los ingredientes fundamentales que hay sobre el mesón de tu cocina. Tienes los sabores únicos, pero ¿qué sigue? La magia se produce cuando los combinas: en pocas palabras, eso es la aplicación. Se trata de combinar la identidad, el propósito y la dirección de tu familia y ponerlos en acción, haciendo que formen parte de tu vida cotidiana.

Recuerda que los objetivos son sueños con fechas límite. Todos esos descubrimientos sobre tu familia, los de este plan y los de la vida en general, no se materializarán a menos que trabajen juntos. Es como tener una receta, pero sin tomarte la molestia de cocinar.

Claro que tener una identidad, un propósito y una dirección familiares fuertes es maravilloso. Sin embargo, si no aplicamos cada uno de ellos en nuestras vidas, es como tener una buena rutina de entrenamiento escrita en una lista, pero no ir nunca al gimnasio para poner en práctica esos ejercicios: no se produciría mucho cambio. No se trata sólo de tener esos ideales escritos; hay que vivirlos en la práctica. De igual manera, esto se aplica a nuestros valores y misión familiares, así como a la visión familiar que has estado construyendo. Estos principios básicos son mucho más que palabras; deben guiar las acciones y decisiones de tu familia, dando forma a vuestra vida diaria.

El principio de aplicación responde a la pregunta: "¿Cómo llegamos ahí?". Se trata de hacer una cosa hoy para acercar a tu familia a la dirección en la que debe moverse. Grande o pequeño, ¡cualquier paso es un siguiente paso!

La parábola de los talentos de Mateo 25 habla directamente del principio de Aplicación, que implica administración, seguimiento y compromiso absoluto con los dones y recursos que Dios nos ha encomendado. Es una lección eterna que resuena con la importancia de emprender acciones valiosas y no dejar pasar pasivamente las oportunidades.

En el contexto de la vida familiar, podemos considerar nuestros valores, nuestro tiempo y nuestras relaciones como los recursos que nos ha dado el Amo, también conocido como Dios. Al igual que los siervos de la parábola, estamos llamados a invertir, cuidar y comprometernos al máximo con lo que se nos ha dado. No se trata sólo de mantener el statu quo, sino de buscar activamente el crecimiento y el florecimiento.

El contraste entre los dos siervos que actuaron y el que enterró su talento es un impresionante recordatorio; nos desafía a considerar cómo administramos los valiosos recursos de nuestras familias. ¿Estamos multiplicando activamente el amor, el tiempo y los valores que hemos recibido, o los estamos enterrando en el suelo de la rutina y la pasividad? Piensa que es como tomar esos ingredientes del guiso picante de carne para transformarlos en un banquete, en vez de dejarlos guardados en la alacena o la despensa, ¡sin que aporten ni una sola cosa deliciosa!

Establecer objetivos específicos es la clave. Los objetivos dan una fecha límite a tus sueños, haciendo que dejen de ser ideas abstractas y se conviertan en planes factibles. Por ejemplo, un objetivo familiar podría ser ¡crear una noche de juegos familiar semanal! Muchas veces oímos frases como "crear objetivos" o "planificar una reunión familiar", y puede parecer una situación estresante. Sin embargo, permíteme que te ayude a aliviar esa presión. La verdad es que los objetivos pueden ser desde algo tan importante como ganar un millón de dólares en 72 días hasta algo tan sencillo como pasar 20 minutos con un cónyuge o un hermano dos veces por semana, preguntándole cómo fue su día. El tamaño del objetivo no es lo que hace que el resultado sea impactante. Jesús dijo que todo lo que necesitábamos era tener fe del tamaño de un grano de mostaza, y con ella podía mover montañas hasta el océano. Lo que importa no es el tamaño del objetivo, sino lo que está detrás de él. Dios puede hacer muchas cosas en sólo cinco minutos de presencia con nuestras familias.

Las reuniones familiares se pueden dar durante la cena, y no pasa nada si eres el único que lo ve así. Una reunión es un encuentro, ya sea durante la cena, en la oración antes de acostarse o incluso durante los viajes en auto para visitar a los familiares. Por supuesto, algunas cosas de la vida necesitan un enfoque específico. Ahora bien, no te compliques demasiado en los pasos de acción sobre cómo ser intencional a la hora de ser tú mismo con los que más quieres o incluso con desconocidos en el supermercado.

La comunicación y la colaboración habituales en el seno de tu familia son como las especias secretas de tu guiso picante de carne. Garantizan que la identidad, el propósito y la dirección de tu familia se apliquen de forma coherente. Es cuestión de comprobarlo, ajustar la receta si es necesario y mantener viva la llama.

El llamado de Dios es claro: seamos los buenos administradores que, mediante una acción intencional y llena de fe, vemos los frutos del crecimiento y la transformación en nuestras familias. Así como los siervos responsables fueron muy bien recompensados, nuestro compromiso activo con los valores que más apreciamos puede llevarnos a una vida que refleje la abundancia del reino de Dios. Entonces, toma esos ingredientes, prepara algo delicioso y saborea el gusto de tu familia moviéndose decididamente en la dirección de Dios. Al fin y al cabo, ¡el viaje de tu familia es una obra maestra culinaria en proceso de elaboración!

  1. Piensa en un objetivo o sueño concreto que tengas para tu familia. ¿Cómo puedes dividir ese objetivo en pasos factibles con fechas límite, haciendo que deje de ser una idea abstracta y se convierta en un plan práctico?
  2. Reflexiona sobre un día típico de tu vida familiar. ¿Cómo se alinean tus acciones con la identidad, el propósito y la dirección de tu familia? ¿Hay ajustes que puedas hacer para que tus actividades diarias reflejen los valores fundamentales de tu familia?
  3. Piensa en los recursos de tu familia, como el tiempo, el amor y los valores. ¿De qué manera inviertes y cultivas activamente estos recursos? ¿Qué puedes hacer para no enterrarlos en el terreno de la rutina y la pasividad, asegurándote de que contribuyen al crecimiento y el florecimiento de tu familia?
  4. Reflexiona sobre el papel de la comunicación y la colaboración habituales en tu familia, comparadas con las especias secretas del guiso picante de carne. ¿Cómo puedes mejorar la comunicación y la colaboración para garantizar que la identidad, el propósito y la dirección de tu familia se apliquen de forma coherente en vuestra vida diaria? ¿Qué ajustes puedes hacer para mantener viva la llama de la unión?
  5. Piensa en establecer objetivos para tu familia, como sugiere el pasaje. ¿Qué objetivos prácticos y alcanzables puedes fijar para tu familia? Recuerda que los objetivos no tienen por qué ser grandes. ¿Cómo puedes hacer más fácil el pasar tiempo intencionalmente con tus seres queridos?
Día 2

Acerca de este Plan

Transformando La Visión De Tu Familia en Una Realidad

Descubre cómo aplicar en la práctica la identidad familiar, el propósito y la dirección que Dios te ha dado. Este plan de cuatro días explora la pregunta: "¿Cómo llegamos allí?", a medida que aprendes a alinear las acciones de tu familia con el diseño de Dios. Gracias a la sabiduría bíblica y a las ideas prácticas, obtendrás las herramientas para transformar la visión de tu familia en realidad, cultivando un legado de fe y de vida intencional que impacte en las generaciones.

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Nos gustaría agradecer a Family ID por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://www.family-id.com