PERLAS DIARIAS DE GRACIA - Semana 4Muestra

DÍA 1 - ¿Quién eres?

2 Corintios 5:14-18

Nuestros tres hijos crecieron en la granja familiar. Como una familia que educa en casa, encontramos un inmenso placer en la mayoría de las cosas al aire libre. Amar a los animales pequeños e investigar los insectos eran parte de nuestra rutina.

Las orugas siempre fueron un deleite para nosotros.Nos maravillábamos de cómo estas pequeñas criaturas robustas algún día levantarían el vuelo y revolotearían por el aire como mariposas.Un cambio trascendental con gran belleza estaba en el futuro de estas espeluznantes criaturas.

Sabíamos que una vez que la oruga tomara su nueva forma como mariposa, nunca volvería a su antigua forma de vida.

Las mariposas también eran una atracción común. Admirábamos sus marcas y sus delicadas facciones, y luego dejábamos que volvieran a la vida de mariposa. Los niños nunca miraban a una mariposa y preguntaban si esta volvería a comportarse como una oruga. Estudiamos su proceso de vida y sabíamos que ahora se había convertido completamente en aquello para lo cual había sido creada.

Como seguidores de Cristo, ahora somos completamente lo que fuimos creados para ser. Jesús nos ha dado una identidad totalmente nueva en Cristo.

Escuchamos comentarios como: «Solo somos pecadores salvados por gracia». Sin embargo, el Señor no se dirige a nosotros de esa manera.

A lo largo del Nuevo Testamento, los cristianos son llamados santos, justos, hijos de Dios y nuevas creaciones. ¿Eso te incomoda? ¿Quieres argumentar en contra de ello, diciendo: «Sí, eso es cierto, pero...» Al principio puede resultar incómodo reconocer lo que la Biblia dice sobre nosotros. Casi parece orgullo.

Cuando nos vemos a nosotros mismos por debajo de lo que Dios ve, invalidamos el sacrificio de Cristo y hacemos parecer que no fue suficiente.

Como creyentes en Cristo, nunca nos arrodillaríamos y le diríamos a Dios: «Es bueno que hayas enviado a Jesús, pero él no fue suficiente para hacerme la nueva creación a la que se refiere 2 Corintios 5:17».

Si bien no vamos a Dios para decirle esto, muchos de nosotros vivimos nuestra vida diaria asumiendo que debemos identificarnos con lo que éramos en lugar de con lo que somos ahora.

Esta semana, mientras pensamos en nuestra victoria en Cristo sobre el pecado, reconozcamos que esta comienza con vernos a nosotros mismos como Dios nos ve. Necesitas verte como realmente eres en Cristo.

Pausa para reflexionar:

Pablo abre varias cartas con saludos a los santos, no a los pecadores y tampoco a los pecadores salvados por gracia. ¿Te consideras un pecador o un santo? ¿Qué diferencia hace esto en tu vida?

Oremos:

Señor Jesús, ayúdame a reconocer cómo tú me ves. Ayúdame a verme a mí mismo como Dios el Padre me ve.