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2. EL ÁGUILA:

Isaías 40:31 TLA

Pero los que confían en Dios
siempre tendrán nuevas fuerzas.
Podrán volar como las águilas,
podrán caminar sin cansarse
y correr sin fatigarse

En el versículo precedente a este, encontramos palabras como fatiga, cansancio, tropiezo, vacilar, flaquear, caída, exhausto, y luego aquí aparece el PERO de Dios: confiar en Él para ser como el águila.

En Juan 16:33 Jesús nos advirtió que la realidad de la buena batalla de la fe es que la libramos en este mundo caído en el que hay aflicciones, muchas pruebas y tristezas, sufrimientos y tribulaciones PERO que confiemos porque Él ya venció en la cruz y nos dio la victoria sobre nuestros enemigos: la carne, el mundo y el diablo con sus mentiras.

La fe y la confianza en Dios, en el sí y el amén de sus promesas, en su fidelidad y su carácter que no cambia, en que, si hasta aquí Él ha hecho milagros y maravillas en la vida de otros y en la nuestra, lo hará otra vez, y en que nada ni nadie puede separarnos de Su inagotable amor que es en Cristo Jesús.

Luego de esto es que podremos volar como águilas, esa ave que se caracteriza por su habilidad para moverse sobre los cielos, en donde estamos sentados junto con Cristo Jesús y en donde está nuestra verdadera ciudadanía como lo dice en Filipenses 3:20, desde donde podemos ver las aflicciones como realmente lo son: leves tribulaciones momentáneas, en una vida corta y pasajera que es como neblina.

Y finalmente será solo en Él, en esa revelación de que las nuevas fuerzas vienen al confiar, que podremos caminar sin cansarnos y correr sin fatigarnos, haciendo lo que Él nos ha llamado, para que otros le conozcan.

Nuestro buen Padre no nos quiere ver cansados ni fatigados, porque la vida que enseña Juan 10:10 que Jesús ganó por nosotros es una vida plena, de abundancia, de victoria, de gozo y de prosperidad (que incluye salud física y en el alma).

Padre, ayúdanos a ser como águilas, en el nombre de Jesús, amén.