Los Días FelicesMuestra

¿Alguna vez te has quedado sin palabras al punto que lo único que pudiste hacer fue llorar? ¡Yo sé lo que se siente! ¡Y no es algo malo! Es realmente una experiencia liberadora. Cuando estamos tan conectados con nuestras emociones y somos capaces de expresarlas de manera natural, a veces lo único que podemos hacer es llorar. ¡Nadie en este mundo demostró esto mejor que Jesús! Cuando Lázaro, el amigo de Jesús, murió, lo único que Jesús pudo hacer fue llorar, pero fue más que eso, se conmovió profundamente. «Jesús lloró» (Juan 11:35 NVI). Eso fue lo único que pudo hacer, y a veces es todo lo que nosotros podemos hacer. Y si alguna vez te encuentras en un momento, día o temporada de lamento, Jesús está ahí contigo y te entiende.

Así que hoy, identifica a un adulto confiable con quien puedas hablar cuando estés pasando por un momento en el que necesites apoyo adicional.