Y Ahora… ¿Cómo Afrontaremos El Futuro?Muestra

“Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis” (Jer. 29:11).

Responder a la pregunta, ¿y ahora qué?, puede ser complejo, ya que el futuro es incierto y está lleno de variables.

Recientemente, hablando con mi único nieto, quien tiene 17 años, acerca del Plan "¿Cómo afrontar la vida y sus dificultades?”, me expresaba los temas que le convencieron y otros que no. En general me dijo que le había gustado, pero que le suscitaba una cuestión, “¿y ahora qué?”. Después de intercambiar pareceres, llegué a la conclusión de que a muchos jóvenes y a otros muchos, no tan jóvenes, se les suscita esta pregunta, ¿y ahora qué? Esto me motivó para escribir este plan, para él, mi nieto, y para ti, estimado lector.

¿Qué me espera? O, dicho de otro modo, ¿qué me depara el futuro? Esta es una pregunta que nadie puede responder con certeza, aunque todos quisiéramos conocer la respuesta. Si bien el futuro es incierto, nuestras acciones y actitudes diarias nos permiten prepararnos de manera más efectiva para lo que pueda suceder.

Para que el futuro nos sea más favorable, debemos comenzar hoy a perseguirlo, creando un camino que nos guíe hacia donde queremos llegar mañana.

El primer paso para tener una visión clara del futuro es reconocer que este le pertenece a Dios (Sal.32:8). Lo anterior nos permite entender que Dios es el Señor de la historia y el dueño del tiempo. Conoce el fin desde el principio y tiene el poder de cumplir sus propósitos en cada etapa de nuestras vidas.

Otra perspectiva del futuro nos puede llevar a la búsqueda de propósito y dirección. En un contexto espiritual, la pregunta: “¿Y ahora qué me espera?” puede ser una invitación a descubrir el plan y la guía que Dios tiene para nuestras vidas. La Biblia nos exhorta a confiar en Dios y a buscar Su dirección. Un ejemplo de esto se encuentra en Jeremías 17:5-8, donde nos advierte el Señor: "Bendito el hombre que confía en Jehová, y cuya esperanza es Jehová. Será como un árbol plantado junto a las aguas, que extiende sus raíces hacia la corriente; no temerá cuando llegue el calor, y su follaje estará siempre verde. En el año de sequía no se angustiará, ni dejará de dar fruto".

Este pasaje nos recuerda que, al poner nuestra confianza en Dios, seremos guiados y fortalecidos, incluso en tiempos de dificultad que puedan estar esperando por nosotros en el futuro.

Esta pregunta, también nos puede llevar a buscar esperanza y confianza: La Biblia nos recuerda que, aunque no siempre sepamos lo que viene, podemos confiar en que Dios tiene un plan para nosotros. Salmo 39:7 dice: "Y ahora, Señor, ¿qué esperaré? Mi esperanza está en ti".

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