¿Dónde Está Dios en El Sufrimiento? - Un Camino Hacia La SanidadMuestra

Él quiere ser alguien real y verdadero para nosotros. Quiere que, en los momentos duros, de incertidumbre, dolor y sufrimiento, nos demos cuenta de que Él camina a nuestro lado, y que, aunque estemos enojados y llenos de dudas, Él vuelve a hablarnos para hacer arder nuestro corazón y nos dice:

"Esfuérzate y sé valiente. No temas ni desmayes, porque yo soy el Señor tu Dios, y estaré contigo por dondequiera que vayas".

"Aunque deba pasar por el valle más sombrío, no temas sufrir daño alguno, porque yo estoy contigo".

"Yo soy tu luz y tu salvación; ¿a quién vas a temer? Yo soy la fortaleza de tu vida; ¿quién te va a infundir miedo?".

"Eleva tus ojos a los montes; ¿de dónde viene tu socorro? Tu socorro viene del Señor, creador del cielo y de la tierra".

"Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; cuando cruces los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni las llamas arderán en ti".

"Mi paz te dejo, mi paz te doy; yo no la doy como el mundo la da. No dejes que tu corazón se turbe ni tenga miedo".

"En el mundo tendrás aflicción; pero confía, yo he vencido al mundo. Eres más que vencedor".

"No volverás a tener hambre ni sed, ni te hará daño el sol ni el calor te molestará, porque el Cordero que está en medio del trono te pastoreará y te llevará a fuentes de agua de vida, y Dios mismo secará de tus ojos toda lágrima".

Frente a todas estas palabras, lo único que nos queda es recibir Su amor incondicional. Jesús nos muestra que, aunque hay situaciones difíciles, Él vino a hacer algo más allá de cubrir una necesidad o hacer un milagro. Todo eso Él puede hacerlo, y no hay que dejar de orar para que, según Su voluntad, ponga Su mano de poder frente a las situaciones que enfrentamos.

Pero Jesús, sobre todas las cosas, vino a amarnos y a darnos salvación.

Para eso vino Jesús: a morir y resucitar. Jesús vino a predicar un evangelio que cambió las reglas del juego de la religión para siempre. La religión decía que los dioses estaban lejanos de los humanos y que solo había que satisfacerlos. Pero Jesús vino a cambiar todo eso. Se hizo hombre, caminó entre nosotros, y caminó con estos discípulos en un momento triste de sus vidas. En lugar de aparecer primero a sus discípulos, a los que iban a ser los apóstoles protagonistas del libro de los Hechos, se acercó a dos personas de un pueblito, a dos corazones necesitados.

Porque ese es Jesús. Y hoy se acerca a nosotros, camina con nosotros y está con nosotros todos los días de nuestra vida.

Seguir a Jesús también es una decisión de todos los días. Comienza tal vez con una experiencia, pero luego es decidir constantemente seguirlo a Él, venga lo que venga y pase lo que pase.

Porque ahora conozco a Jesús, que me ama, que me guarda, que quiere lo mejor para mi vida, que sus planes son de bien, como lo dice Su Palabra. Y cuando venga la prueba, el momento difícil, cuando las cosas acontezcan, ya no voy a decir: “Jesús, ¿para esto decidí seguirte? ¿Para esto te creí? ¿Para atravesar prueba tras prueba? ¿Este realmente eres tú, Jesús?”.

No. Ahora sé que lo amo a Él por Su salvación, por Su gracia conmigo, y que, aun en los momentos duros, Su gracia y Su compañía estarán siempre a mi lado.