LA UNIDAD para una vida de intimidad con DiosMuestra

La iglesia está cada vez más fraccionada.
“Te pido que se mantengan unidos... para eso deberán permanecer unidos a mí...”, Juan 17:20-22 (TLA). Jesús dijo que la unidad entre nosotros es el derivado de la unidad con Dios. ¡La unidad con Dios trae la unidad entre los creyentes! Por lo tanto, la iglesia dividida es la clara evidencia de que no estamos unidos a Cristo. Peleas, discordias y divisiones son demostraciones irrefutables de lo lejos que estamos de Dios. Si nos volviéramos a Dios y estuviéramos sujetos a Él la unidad en la tierra estaría garantizada. Hemos perdido la conciencia de la presencia de Dios y de su cercanía. Si estuviéramos unidos a Dios no hablaríamos nada negativo para no ofender al Espíritu Santo. Hermanos, debemos cambiar nosotros, no el mundo.

Se ha procurado la unidad entre los creyentes de diferentes maneras; todos han sido intentos fallidos y no se ha logrado el propósito perseguido. La unidad no se consigue con estatutos, leyes o constituciones. Tan convencido estaba Jesús de la necesidad de permanecer unidos a Dios que pasó todo su ministerio procurando unir a sus discípulos con el Padre: “Mientras estaba con ellos yo los mantenía unidos a tu persona”, Juan 17:12 (NBE). La prioridad de Jesús fue que sus discípulos aprendieran a depender de Dios. Si los creyentes lográramos desarrollar una relación de amistad con Dios todos estaríamos unidos. Esa es la verdadera razón por la que Jesús oró cuatro veces para que sus discípulos estén unidos a Dios, como Él lo estaba a su Padre. La enseñanza es bien clara: ¡la unidad en la tierra es imposible si quienes la procuran no están unidos a Dios!