Lo Que Tus Ojos No VenMuestra

Identidad y llamado de Gedeón vs. Limitaciones propias e inseguridades.

Ayer vimos que Gedeón hizo algunas preguntas a Dios. Hoy veremos la respuesta de Dios a esas preguntas. El Señor lo miró y le dijo: “Ve con la fuerza que tienes, y salvarás a Israel del poder de Madián. Yo soy quien te envía”.

Gedeón todavía no había entendido que Dios le estaba dando identidad, llamado y propósito. Sin embargo, en lugar de sentirse animado comenzó a excusarse y a enumerar los motivos por los cuales él no era apto para la tarea que Dios le estaba encomendando.

Estoy casada hace un año y seis meses. Dios me ha regalado un esposo increíble. Es misionero a tiempo completo, viene de una familia pastoral, es director de alabanza y profesor de la Escuela Bíblica en nuestra iglesia local. Recorre el mundo y el interior de nuestro país llevando el evangelio. Ama a Dios, ama a las personas, y tiene el anhelo de ver a Paraguay para Cristo. Sí, así de increíble es Guille.

Cuando estaba soltera, tiempo después de haberle conocido a Guille, Dios me reveló por medio de un pasaje bíblico que él era la persona con quien me casaría. ¡Wow! El pensamiento que tuve fue ¿Yo, con él?

¿Cómo sería posible eso?, le preguntaba a Dios. ¿Cómo podría unirse una persona que trabaja en el ministerio a tiempo completo con una oficinista? ¿Cómo se fijaría un hijo de pastores en una mujer que viene de una familia disfuncional? ¿Cómo podría un músico interesarse en alguien que no entiende nada de música? ¿Cómo iba a acompañarle a predicar el Evangelio tanto en mi país como en las naciones, siendo que me siento totalmente indigna por mi pasado, y me da miedo hablar en público, soy un poco antisocial, y temo orar frente a los demás?

Créeme que todas esas preguntas y más, yo tenía y se las hacía a Dios.

¿Te has sentido así alguna vez? Dios ya te ha llamado, ya te ha dicho lo que tenías que hacer, pero pones excusas para no hacerlo. Ves tus propias limitaciones, surgen las inseguridades, te encuentras en un mar de dudas.

¿Cómo vamos a cumplir el propósito que Dios tiene para nuestras vidas, si nosotros mismos nos vemos pequeños y sin valor?

Dios no tiene problemas de autoestima. Él no se asusta cuando lo interrogamos. ¡Él es más grande que cualquier inquietud y duda! Pídele al Señor que te revele aquello que te impide actuar conforme a su propósito para ti.