Matando GigantesMuestra

El gigante del bondage

"Para que la creación misma sea liberada de la esclavitud de la corrupción y obtenga la libertad de la gloria de los hijos de Dios" (Romanos 8:21 NBLA).

Jesús matará a los gigantes de la esclavitud en nuestra vida si le permitimos que nos muestre el camino. Pregúntale a los adictos que nunca pudieron escapar de su esclavitud a las adicciones hasta que Jesús vino a ser su guía de ellos.
Te dirán que no podrían hacerlo solos o incluso con la ayuda de personas bien intencionadas. Se necesitó un "poder superior", y no hay poder más alto que la autoridad de Jesucristo.

El bondage adopta muchas formas. Las más obvias son las adicciones a las drogas y al alcohol y las adicciones sexuales de todo tipo, pero también hay esclavitud emocional y relacional por abusos y heridas de nuestro pasado. Uno de los más grandes gigantes de la esclavitud en mi vida fue la ira y la falta de perdón. Comenzó a partir de algunos abusos y heridas en la infancia y se convirtió en una reacción de enojo en la edad adulta cuando volví a sentir amenazas similares. La gente no entendía qué era lo que me provocaba, porque mi enojo no parecía justificar mi reacción. No podían ver la herida gigante en mis emociones que todavía era sensible incluso a una sutil amenaza de manipulación, intimidación o traición. Lo irónico de esto es que este sentido todavía existe en mí. Pero hay una respuesta diferente que edifica en lugar de destruir y se utiliza para crear puentes en lugar de separación. Esto trae a colación otro punto acerca de la forma en que Dios usa incluso las heridas y los complejos en nuestra vida para bien si Él mata a ese gigante en nuestra vida. El apóstol Pablo declara:

"Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias y Dios de toda consolación, que nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que nosotros podamos consolar a los que están en cualquier tribulación, con el consuelo con que nosotros mismos somos consolados por Dios" (1 Corintios 1:3-4 ).

El Cuerpo de Cristo y la Iglesia, que están formados por cristianos de todo el mundo, tienen algunas cosas muy importantes en común. Primero, todos estábamos miserablemente perdidos y separados del Santo Dios debido a nuestros pecados. La segunda cosa en común es que todos hemos sido salvos por la gracia de Dios a través de la redención de Jesucristo, si es que somos salvos. Tercero, todos somos imperfectos y aun así cometemos errores, pero el perdón de Dios es completo y seguro para nosotros por la eternidad si somos salvos. Finalmente, desde el comienzo de nuestra vida en Cristo, Dios Padre se ha esforzado por liberar a Sus hijos de nuestra esclavitud a la corrupción en este mundo. Esta es una batalla continua en la vida de los hijos de Dios, porque Él quiere que recibamos la libertad que debemos tener, y por lo tanto Él permite esta batalla. Tiene un plan. Quiere matar a los gigantes que nos aprisionan con sus valores, sus adicciones, su perspectiva y su destrucción. Su plan es liberarnos y luego convertirnos en sus luchadores por la libertad. A estas personas se les llama "Discípulos de Cristo".

¿Te diste cuenta de que un discípulo de Cristo lucha por la libertad de los demás? Un discípulo declara el Evangelio por la forma en que lo comparte, lo cual varía. Eso es lo que hace el Evangelio. Es un mensaje y un proceso para liberarnos de nuestra esclavitud a la muerte que una vez enfrentamos y continuar liberándonos de la corrupción a la que nos lleva nuestro mundo. El Evangelio también rompe la esclavitud de una multitud de gigantes que nos aprisionan en esta vida, lo que puede ser lo que te atrae a la esperanza de que puedas encontrar ayuda para uno en tu vida ahora. Entonces, hablemos de dónde estás.

Si te encuentras bajo cualquier forma de esclavitud y sientes que es imposible romper su control sobre tu vida, ten la seguridad de que lo que crees es una mentira. Dios puede liberarte y te liberará de cualquier atadura que te aprisione si buscas Su ayuda y se la entregas a Él. Puede preguntar cómo liberarlo. Primero, debes desear sincera y sacrificialmente tenerlo fuera de tu vida. Debes ser sincero con esto, porque un intento poco entusiasta no derrotará a un gigante. Debes estar totalmente de acuerdo con tu declaración de batalla. Decláralo a Dios.
Decláralo al "gigante" que te ha vencido. Declara que este gigante de la esclavitud ya no controlará tu vida. Llámalo, como David lo hizo con Goliat. Declara a este gigante de la esclavitud en tu vida, como lo hizo David, que tu Señor Dios prevalecerá sobre él. Mira lo que David declaró:

Entonces David dijo al filisteo: "Tú vienes a mí con espada, con lanza y con jabalina, pero yo vengo a ti en el nombre del Señor de los ejércitos, el Dios de los ejércitos de Israel, a quien has desafiado. Hoy el Señor te entregará en mi mano, y yo te heriré y te cortaré la cabeza" (1Samual 17:45-46 NVI).

Conocemos la historia. Sucedió como David declaró que sucedería. ¿Declararás lo mismo contra este gigante de la esclavitud que te hace sombra? Es hora de hacerlo.