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Compasión Divina Versus Condena HumanaMuestra

Compasión Divina Versus Condena Humana

DÍA 4 DE 4

Imagina que eres un experto conocedor de las Escrituras, tanto así que puedes dar la síntesis de la ley y los profetas de una manera tan clara y contundente que el mismísimo Jesús coincide contigo: todo lo que escribieron Moisés y los profetas se resume en que necesitamos amar con todo nuestro ser a Dios y a nuestro prójimo como a nosotros mismos. Sin embargo, pese que coincidimos en esto, no logramos coincidir en cómo es el Dios al que amamos ni en quién es el prójimo al que debemos amar.

La condena humana parte de que debe amar a su prójimo, pero odiar a su enemigo. Por lo tanto, la pregunta del doctor de la ley no era pequeña: ¿A qué vecino debo amar? De tal manera que tendría licencia patriótica para odiar al que no era su vecino o prójimo. Si te has preguntado por qué líderes religiosos bendicen las armas que matarán a sus vecinos puedes entender la dimensión de esta pregunta. En otras palabras: ¿A quién puedo condenar y odiar sin remordimientos como parte de mi cruzada justiciera? Quiero licencia divina para matar al ser humano que me atacó o al que representa lo opuesto a lo que yo creo.

La compasión divina cambia la ecuación, nuestro deber es amar como Dios ama, Él hace llover sobre todos y Él está dispuesto a reconciliar a todos con Él, literalmente, muere por eso. No se trata de saber a quién amar para tener licencia de condenar al resto, se trata de amar al que lo necesita, lo demás es amor fracasado.

Ese judío imprudente, tonto, que se animó a caminar donde había muchas probabilidades de terminar mal herido, se parece a nosotros que caemos víctimas de nuestra propia soberbia y de pronto nos encontramos mal heridos. Jesús no condena a la persona, sino al pecado de buscar el mal para nosotros o para los otros.

En la historia que Jesús contó, el sacerdote y el levita fracasaron en la oportunidad de dar amor, mientras que el samaritano vio al "enemigo" como su amigo, movido por la claridad de conocimiento y compromiso que genera la compasión.

El camino de la condena es más fácil, solo debes dar rienda suelta una historia cómoda que justifique tu odio o indiferencia. Pero la compasión nos lleva a entender lo que significa lo que vale el perdón y restauración. Ante el dolor puede haber la opción odio y condena, pero Dios siempre nos llama a la opción compasión y restauración. Cuando nos hieran o nos autorechacemos, no fracasemos en nuestro intento de amar y amarnos como Dios nos ama porque allí hay sanidad.

Día 3

Acerca de este Plan

Compasión Divina Versus Condena Humana

Tres historias que se repiten en tres Evangelios , dos miradas e interpretaciones diferentes con resultados totalmente opuestos. Aprendamos de la mirada de Jesús para no caer en las garras de la amargura.

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Nos gustaría agradecer a Australis por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://www.instagram.com/habilidadesgenuinas/