¿Por qué vino Jesús?Muestra

Vino a salvar a los perdidos

A mucha gente le ofende la pregunta: “¿Te has salvado?”, porque no creen que sean tan malos ni que necesiten ser salvados, y la mayoría se horrorizaría ante la idea de que Dios les enviara al infierno. Pero la declaración de Jesús de que había venido a buscar y salvar a los perdidos nos recuerda que, debido a nuestro pecado, todos necesitamos que nos salven.

La multitud se quejó cuando Jesús decidió comer con un recaudador de impuestos llamado Zaqueo. Los recaudadores de impuestos tenían fama de quedarse con el dinero extra para embolsárselo. Pero Zaqueo se alegró de ver a Jesús y se arrepintió de sus pecados. Su historia nos presenta dos tipos distintos de personas: los que infringen las normas y los que las siguen.

Los infractores, como Zaqueo, hacen regular y abiertamente cosas que están mal. Los seguidores de las normas, como la multitud de esta historia y como los líderes religiosos de la época de Jesús, se enorgullecen de cumplir la ley de Dios y desprecian a los infractores. A pesar de sus diferencias, las personas de ambos grupos son pecadores que necesitan salvarse. Alejados de Cristo:

• Nuestras mentes están cegadas (2 Corintios 4:4).

• Nuestras pasiones están desordenadas (Romanos 1:26).

• Nuestros cuerpos están contaminados (Romanos 1:24-25).

• Nuestra voluntad está distorsionada (Romanos 8:7).

• Somos esclavos del pecado (Juan 8:34).

• Estamos dominados por Satanás (1 Juan 5:19).

• Somos hijos de la ira (Efesios 2:3).

• Estamos condenados ante Dios (Juan 3:18).

• Estamos separados de Dios (Efesios 2:12).

• Somos moralmente malos (Lucas 11:13)

• Estamos pecaminosamente enfermos (Mateo 9:12).

• Estamos muertos espiritualmente (Efesios 2:1-2).

• Estamos destinados al infierno (Apocalipsis 14:11).

La Palabra de Dios deja claro que nuestro mayor problema no es simplemente que hayamos metido la pata o tomado malas decisiones. Nuestro mayor problema es que estamos muertos en nuestros pecados, somos rebeldes contra Dios y completamente incapaces de salvarnos a nosotros mismos. En pocas palabras, estamos perdidos. Por eso es una buena noticia que el Hijo del Hombre haya venido a buscar y salvar a los perdidos.

¿Te has humillado y has admitido ante Dios que necesitas ser salvado?