El Espíritu Santo y la OraciónMuestra

Si alguna vez has gemido de decepción por las personas, incluso contigo mismo, o con tu carrera o tus sueños que se frustraron y causaron un dolor interno, sabes cuán importante es tener un intercesor. Nosotros como creyentes tenemos a Alguien que nos ama tanto y se preocupa por nosotros tanto que intercede por nosotros.

No obstante, para que el Espíritu Santo, como intercesor, interceda por ti, debes recurrir a Él para que lo haga.

Cuando el dolor es tan profundo que ni siquiera puedes pronunciar palabras o todo lo que puedes hacer es llorar porque el dolor es como un huracán por dentro, el Espíritu Santo está ahí para ayudarte. El Espíritu te ayuda más aún cuando estás en tu punto más bajo, en tu debilidad. El Espíritu se dirige a Dios en nombre de nosotros para proveer nuestro alivio y la salida de la profundidad del dolor que nos envuelve.

El Espíritu Santo orará por ti cuando no tengas palabras para orar por ti mismo. Tomará tus expresiones desarticuladas de angustia y las convertirá en una poderosa oración a Dios, porque Él conoce a Dios como parte de la Santísima Trinidad.

El Espíritu Santo es nuestro representante intermediario entre el cielo y la tierra. Ya sea que traiga el lenguaje celestial a nuestros oídos y nuestros corazones o que lleve nuestro clamor terrenal al trono de Dios, el Espíritu Santo intercede y habla en nombre de nosotros.