Lectura Con El Pueblo De Dios - 4Muestra

Vivir para Cristo

"... me hace estar totalmente dispuesto y listo de ahora en adelante para vivir para él".

Debido a que pertenecemos a Cristo y tenemos asegurada la vida eterna, estamos llamados a vivir para Él de todo corazón. Este llamado no es un deber pesado, sino una respuesta gozosa a Su amor y gracia. "Y murió por todos, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos" (2 Corintios 5:15).

Vivir para Cristo significa priorizar Su voluntad y sus propósitos por encima de los nuestros. Implica la rendición diaria, la obediencia y el deseo de honrarlo en todo lo que hacemos. Esta devoción sincera es alimentada por nuestro amor por Jesús y nuestra gratitud por Su sacrificio.

Reflexiona sobre lo que significa vivir de todo corazón para Cristo. ¿En qué áreas de tu vida necesitas alinearte más estrechamente con Su voluntad? Pídele al Espíritu Santo que te revele cualquier área de compromiso o egocentrismo y que te ayude a vivir plenamente para Él.

Pasa tiempo en oración, pidiéndole a Dios que te dé un corazón que esté dispuesto y listo de todo corazón para vivir para Él. Comprométete a buscar Su voluntad en todos los aspectos de tu vida y a honrarlo en tus pensamientos, palabras y acciones. Alégrate en el privilegio de vivir para Cristo y deja que esta devoción dé forma a tu caminar diario.

La oración de iluminación de hoy:

Padre, gracias por el privilegio de vivir para Cristo cada día. Ayúdame a tomar mi cruz diariamente y a seguirlo con todo mi corazón. Enséñame a buscar Tu voluntad en todo lo que hago y a vivir de una manera que te honre. En el nombre de Jesús. Amén.

Reto de memorización del mes:

Catecismo de Heidelberg Preguntas y respuestas 1

Pregunta 1 ¿Cuál es tu único consuelo en la vida y en la muerte?

R1. Que no soy mío, sino que pertenezco, en cuerpo y alma, en la vida y en la muerte, a mi fiel Salvador, Jesucristo.

Él ha pagado completamente por todos mis pecados con su preciosa sangre, y me ha liberado de la tiranía del diablo. Él también vela por mí de tal manera que ni un cabello puede caer de mi cabeza sin la voluntad de mi Padre que está en los cielos; De hecho, todas las cosas deben cooperar para Mi salvación.

Porque le pertenezco, Cristo, por su Espíritu Santo, me asegura la vida eterna y me hace estar totalmente dispuesto y listo desde ahora para vivir para él.