Lectura Con El Pueblo De Dios - 4Muestra

La alegría de vivir para Él

"... me hace estar totalmente dispuesto y listo de ahora en adelante para vivir para él".

Vivir para Cristo trae un profundo gozo y satisfacción. A medida que alineamos nuestras vidas con Sus propósitos y servimos a los demás en Su nombre, experimentamos la vida abundante que Él prometió. "Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia" (Juan 10:10).

Este gozo proviene de saber que estamos cumpliendo la voluntad de Dios y teniendo un impacto eterno. Es una alegría que trasciende las circunstancias arraigadas en nuestra relación con Jesús y la seguridad de nuestra salvación. A medida que vivimos para Él, descubrimos el verdadero significado de la vida y la profunda satisfacción de caminar en Sus caminos.

Reflexiona sobre el gozo que viene de vivir para Cristo. ¿De qué manera el servirle a Él y a los demás ha traído satisfacción y propósito a tu vida? Abraza la vida abundante que Él ofrece, y deja que este gozo te motive a seguir viviendo de todo corazón para Él.

Dedique tiempo a la oración, agradeciendo a Dios por el gozo y la satisfacción que provienen de vivir para Él. Pídele que profundice tu relación con Él y te llene de Su gozo todos los días. Alégrate en el privilegio de pertenecer a Cristo, y deja que este gozo se desborde en todos los aspectos de tu vida.

La oración de iluminación de hoy:

Dios misericordioso, gracias por el gozo que viene de vivir para Cristo. Llena mi corazón con esta alegría y ayúdame a compartirla con los demás. Enséñame a encontrar mi plenitud en Ti y a vivir cada día con propósito y pasión por Tu reino. En el nombre de Jesús. Amén.

Reto de memorización del mes:

Catecismo de Heidelberg Preguntas y respuestas 1

Pregunta 1 ¿Cuál es tu único consuelo en la vida y en la muerte?

R1. Que no soy mío, sino que pertenezco, en cuerpo y alma, en la vida y en la muerte, a mi fiel Salvador, Jesucristo.

Él ha pagado completamente por todos mis pecados con su preciosa sangre, y me ha liberado de la tiranía del diablo. Él también vela por mí de tal manera que ni un cabello puede caer de mi cabeza sin la voluntad de mi Padre que está en los cielos; De hecho, todas las cosas deben cooperar para Mi salvación.

Porque le pertenezco, Cristo, por su Espíritu Santo, me asegura la vida eterna y me hace estar totalmente dispuesto y listo desde ahora para vivir para él.