Señor, Quiero Producir FrutoMuestra
«Producir fruto»
Eso es lo que pasa con el legalismo. Cuando los cristianos escuchan el mensaje de la gracia, están predispuestos mentalmente a continuar viviendo bajo las normas de la ley y no saben vivir en libertad. Su creencia inicial era pensar que todo lo que la ley hacía era por amor y protección. Por eso es que el ministerio de Pedro Ley es de manipulación y temor, y ella no conoce el nuevo lenguaje que el esposo le habla.
Ella piensa que lo que él tiene para ella es en base a lo que hace. Entonces le dice: «Sé que tienes muchas cosas buenas para mí. Haré todo lo que pueda para ganármelo». Esa mujer estuvo toda la vida buscando aprobación para ser aceptada. Pero ahora, en esta nueva relación, a su esposo no le interesa hablar de ella sino de su relación. Carmen Gente está confundida y no sabe cómo reaccionar con este amor. Antes, cuando ella cometía un error, iba con temor a Pedro Ley y le decía: «Ten misericordia de mí, tú sabes que yo no sirvo, que yo no puedo, que soy un trapo de inmundicia, que yo no sirvo para nada. Pedro Ley, ten misericordia de mí, dame una nueva oportunidad, porque no quiero volver a fallarte».
Ahora Carmen Gente está confundida, pero él sigue insistiendo, sigue amándola, sigue cuidándola y protegiéndola. Generalmente creemos que somos aceptados por lo que hacemos, y eso nos lleva a cometer adulterio espiritual. Pablo dice: «Si se casa con otro mientras el marido vive, es adultera».
Cristo murió y resucitó para no volver a morir. Así que si vuelve atrás, a la ley, ha cometido adulterio espiritual. Tenemos que divorciarnos de uno para casarnos con el que vive para siempre. Su identificación con Él no está basada en lo que hace, sino en lo que Él hizo, para que lo que usted haga sea aceptado por Él. Mucha gente piensa que este tipo de revelación produce pasividad y poca productividad. Sin embargo causa lo opuesto. De su relación con Cristo nacerán nuevos hijos, de la misma forma que su relación con la ley produjo un creyente perfeccionista, acusador, juzgador y condenador, cuando se casa con el nuevo esposo, tendrás frutos de Dios. En otras palabras, de la misma forma que produjo algo cuando estaba casado con la ley, producirá algo cuando está casado con Cristo. La diferencia es que su concentración no está en lo que va a parir, sino en su relación con Él.
Escrituras
Acerca de este Plan
Muchos hijos de Dios se sienten miserables en su vida, porque no entienden cómo llevar una vida que glorifique a Dios y que lo haga sentirse satisfecho consigo mismo. Hay muchas cosas que pueden llevarte a sentirte infeliz, pero estoy seguro que este devocional, donde analizaremos la vida de dos personas hipotéticas, te ayudará a encontrar la respuesta, a la luz de la Palabra. ¡Bienvenido!
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Nos gustaría agradecer a Tommy Moya en convenio con El Centro Network por facilitarnos este plan. Para obtener más información, por favor visítenos en: www.transformadosencristo.com y www.elcentronetwork.com