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El ladrón en la cruz y el plan de Dios

Siguiendo con el marco de los 3 círculos, hoy examinaremos el último círculo: El plan de Dios. Como se dice en el video, Jesús vino a la tierra y vivió una vida perfecta, murió por nuestro pecado y quebrantamiento, y resucitó al tercer día para demostrar que era más fuerte que el pecado y el quebrantamiento. Este era el plan de Dios para crear una salida del quebrantamiento de este mundo y volver al buen diseño de Dios.

En la lectura de Lucas de hoy, vemos una de las últimas conversaciones de Jesús mientras agonizaba. Jesús estaba viviendo el plan del Padre que hemos estado estudiando mientras era llevado a la cruz por nuestro pecado y quebrantamiento. Incluso mientras Jesús oraba por ellos, muchos espectadores se burlaban de Él durante estos dolorosos momentos. En lugar de ver el plan de Dios en acción, pensaban que todas las afirmaciones de Jesús se derrumbaban. Un ladrón que estaba muriendo junto a Jesús por sus crímenes se unió a la multitud para burlarse de Jesús. Otro ladrón que creía que Jesús era quien decía ser le suplicó que no se olvidara de él. La respuesta de Jesús demostró que lo que estaba ocurriendo en la cruz no era un descarrilamiento del plan del Padre, sino su cumplimiento. Jesús dijo: "Hoy te reunirás conmigo en el paraíso".

Para ser claros, el hombre que moría junto a Jesús era una persona pecadora que vivía en un mundo caído. Aceptaba su propia culpa y su destino. Pero al pedirle a Jesús que se acordara de él, confesó lo que Pablo escribe en Romanos 3:22: Dios hace a los pecadores justos a sus ojos cuando creen en Jesús. El plan de Dios de devolvernos a Él cobró vida cuando Jesús nos liberó de nuestro pecado mediante Su sacrificio.

Al leer la historia de la muerte de Jesús, te encuentras en una posición similar a la de los dos ladrones que colgaron junto a Jesús, cada uno en su propia cruz. Verás la muerte de Jesús como una prueba de que estaba mintiendo o loco y seguirás lidiando solo con tu propio quebrantamiento y sus consecuencias.O reconocerásque fue el amor lo que sostuvo a Jesús en la cruz. No fue Su culpa ni siquiera los clavos físicos sino Su gran amor por el Padre a través de la obediencia y por nosotros para nuestra restauración. Y le pedirás que haga esta gran obra por ti como se ve en Romanos 3:25: Las personas son hechas justas con Dios cuando creen que Jesús sacrificó Su vida derramando Su sangre.

¿A qué ladrón te pareces más hoy? Al igual que en la historia, Jesús está dispuesto a devolver al Padre y a su designio a todo aquel que crea.

Oración

Si te intriga la historia, pero te cuesta creer que Jesús haría esto por ti, considera la posibilidad de recitar las antiguas palabras pronunciadas directamente a Jesús por alguien cuyo deseo de creer superó su capacidad de creer:

"Señor, yo creo; ¡ayúdame en mi incredulidad!".

Señor, ayúdame a responder como tú quieres que responda.