El CaminoMuestra

Una promesa que se multiplica

Cuando Pedro dice a los que habían sido "cortados de corazón" que la promesa de Jesús no era sólo para ellos, sino para sus hijos y para muchos otros, comprendió que ninguna persona debe ser el destino final de la verdad o el amor de Dios. Se nos ordena e incluso estamos diseñados para transmitir a otros las buenas nuevas que recibimos de Dios. La mujer del pozo de Juan 4 lo hizo de forma natural. Contó a todos sus conocidos su encuentro con Jesús. Muchos creyeron por su testimonio al principio y después creyeron porque ellos mismos se encontraron con Jesús. Este es un cuadro asombroso de cómo el plan de Dios de redimir a la gente a través de Jesús se multiplicaría. Vemos en Hechos 1:8 que el testimonio de Cristo se extendería de Jerusalén a Judea, a Samaria y hasta los confines de la tierra. La mujer junto al pozo mostró cómo sucedería de persona a persona y de boca a oído.

Jesús también tiene un interesante intercambio con los discípulos mientras esta mujer estaba compartiendo con todos en su pueblo. Él habla de una cosecha abundante lista para ser recogida, y luego dice algo notable: "la cosecha es la gente". Jesús está diciendo que hay gente a nuestro alrededor, como una cosecha, esperando escuchar Su mensaje. Se necesitan obreros como la mujer del pozo para salir a recoger la cosecha. Pero este tipo de trabajo está impulsado más por el amor que por el salario. Nuestra recompensa es ver a otros encontrar a Jesús, y experimentar la promesa por sí mismos.

¿Quién a tu alrededor está esperando escuchar las buenas nuevas de Jesús? ¿Cómo puedes compartir con ellos lo que Jesús ha hecho por ti?

Oración

"Dios, ayúdame a entusiasmarme por compartir contigo a los demás. Ayúdame a transmitir la promesa de salvación que Tú me has dado".